Publicado: abril 10, 2025, 9:00 am
Las flexiones son conocidas como uno de los ejercicios estrella para mantenerse en forma, incluso para las personas más profanas en la materia. En el cine suelen aparecer como ejemplo de entrenamiento de duro, de héroes aguerridos que pueden con todo, y qué hay más simbólico que eso. Ahora la sofisticación del fitness ha hecho que conozcamos variantes para objetivos específicos, como es la flacidez de brazos.
El verano se acerca y entran las prisas por lucir la mejor versión de nosotros mismos en playas y piscinas. Desde hace años, los brazos son un punto de obsesión especial para toda persona que se considere fit, es decir, en forma. Y si antes afectaba especialmente a las mujeres, sobre todo tras la menopausia, ahora los hombres también sienten la presión de lucir perfectamente musculados. El fortalecimiento del pecho es otra de las garantías de esta nueva variante de flexión.
Como con cualquier tipo de actividad física que vayamos a emprender por primera vez, es conveniente ser consciente de las limitaciones físicas que pueda haber así como de los objetivos con los que nos adentramos en el universo de las flexiones. Pero si hay algo que voces expertas del fitness recalcan es que es imprescindible empezar con las tradicionales hasta dominarlas y así integrar a posteriori las diamante.
¿En qué se diferencian de las tradicionales?
Para empezar, el distintivo de esta práctica es la posición de manos y brazos, que además le proporciona su atractivo nombre. Si las flexiones tradicionales se caracterizan porque las extremidades superiores se sitúan a ambos lados del cuerpo, con las manos en línea recta con respecto a los hombros, aquí los dedos se juntan debajo del pecho formando un rombo o diamante.
Esta posición de manos es precisamente el primer paso a realizar una vez que te has levantado en plancha de la esterilla. Para acompañar este gesto, los brazos estarán perfectamente estirados mientras que los codos y muñecas permanecen alineados con los hombros, como en una flexión estándar. Pero antes de nada, lo ideal es realizar una previa retracción escapular (juntar escápulas) antes de empezar con el ejercicio activando paralelamente glúteo y abdomen.
Y también como en la tradicional, el cuerpo se baja en bloque, controlando el movimiento e intentando hacer un ejercicio acompasado. El objetivo principal de la flexión diamante es fortalecer tríceps, pecho y hombros, de forma que la concentración tiene que ir a que estas zonas estén perfectamente tensionadas y en la posición en la que deben estar.
Una vez que esta variante esté dominada, se puede ir un paso más allá realizándola en una postura declinada con los pies en un punto de apoyo más alto, como un banco o una silla, para así aumentar la carga en los brazos.