Publicado: abril 11, 2025, 6:00 am
En el actual contexto de redefinición de las cadenas de valor globales, México enfrenta retos considerables. Las negociaciones comerciales con Estados Unidos siguen abiertas en temas espinosos como el acero, el aluminio y el sector automotriz. En estos frentes, urge una estrategia firme que defienda el interés nacional sin perder de vista la integración económica regional. Pero serÃa un error reducir el panorama a los conflictos. Si bien hay batallas aún no resueltas, también empiezan a abrirse puertas.
Una de esas puertas es el sector electrónico. Un reciente ejercicio de simulación realizado por la SecretarÃa de EconomÃa sugiere que México podrÃa convertirse en uno de los principales beneficiarios de los nuevos aranceles estadounidenses a productos chinos. Aunque el aumento definitivo aún no se conoce y podrÃa ser incluso mayor, las estimaciones se elaboraron con un umbral de referencia del 34%. Bajo ese escenario, el valor potencial de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos podrÃa aumentar en más de 100,000 millones de dólares, con un crecimiento particularmente significativo en rubros como computadoras, pantallas, telecomunicaciones y componentes electrónicos.
Las cifras reflejan un alto potencial. En computadoras, por ejemplo, las exportaciones mexicanas podrÃan incrementarse hasta en 24.5 mil millones de dólares. En pantallas de video, el aumento potencial alcanza los 6.8 mil millones, y en equipo de transmisión, otros 5.6 mil millones. Estas proyecciones colocan a México por delante de competidores como Canadá, Corea del Sur o Alemania, no solo en volumen, sino también en productos de alta sofisticación tecnológica.
Por eso, desde el gobierno federal estamos impulsando una polÃtica industrial activa para este sector, como parte del Plan México, nuestra estrategia nacional de desarrollo productivo. Esta polÃtica busca crear condiciones para que estas oportunidades se conviertan en realidades tangibles: mayor contenido nacional, cadenas de suministro más integradas, talento técnico especializado, y mejoras en infraestructura logÃstica y energética.
Estamos avanzando en incentivos vinculados al contenido local, promoviendo coinversiones tecnológicas entre proveedores nacionales y multinacionales, y desarrollando herramientas digitales de inteligencia productiva para identificar eslabones crÃticos en las cadenas de valor y tomar decisiones basadas en evidencia.
Apostar por el sector electrónico no solo tiene sentido económico. Es una apuesta estratégica. Es avanzar hacia un modelo de desarrollo más sofisticado, más incluyente y resiliente. En un entorno global donde la electromovilidad, la digitalización y la descarbonización son ya tendencias irreversibles, México está en posición de convertirse en un hub electrónico para América del Norte.
La ventana de oportunidad está ahÃ. Con visión, coordinación y polÃtica industrial, nos estamos preparando para cruzarla.