Publicado: agosto 10, 2025, 1:30 pm
Siendo un adolescente comenzó su carrera en el mundo de la interpretación con papeles en reconocidas producciones como Exploradores, de 1985, dirigida por Joe Dante, en la que compartió protagonismo con River Phoenix. Su camino en la industria continuó con otros proyectos como El club de los poetas muertos (1989), de Peter Weir, en la que interpretó a Todd Anderson y en la que trabajó junto a Robin Williams, o Colmillo blanco (1991), de Randal Kleiser, en la que dio vida a Jack Conroy.
Aunque sus primeros pasos fueron en grandes producciones convencionales de Hollywood, el estadounidense se fue abriendo hueco en el cine independiente. De esa etapa destaca su trabajo en pelÃculas como Reality Bites (1994), de Ben Stiller, y sobre todo en Antes del amanecer (1995), de Richard Linklater, que inauguró una de las trilogÃas románticas más famosas del cine moderno.
Gattaca (1997), de Andrew Niccol, Training Day (2001), de Antoine Fuqua, por la que recibió su primera nominación al Oscar en la categorÃa de Mejor actor de reparto, Antes que el diablo sepa que has muerto (2007), de Sidney Lumet, o Boyhood (2014), nuevamente bajo la dirección de Richard Linklater, fueron otras de las producciones en las que se vio envuelto Hawke. En las últimas dos décadas, el actor ha ampliado su registro y ha probado con el western y el terror, género que le ha dejado un trauma que le acompaña desde hace 13 años.
La traumática grabación de Sinister
Entre sus pelÃculas de terror o thriller más conocidas se encuentran The Purge: La noche de las bestias (2013), de James DeMonaco, o Black Phone (2021), de Scott Derrickson. Pero, su primer contacto con el cine de terror fue con la grabación de Sinister (2012), dirigida por Derrickson, en la que Ethan Hawke interpreta a un escritor de novelas criminales que se muda con su familia a una casa en la que han ocurrido una serie de asesinatos. Allà encuentran unas cintas caseras que contienen las grabaciones de los crÃmenes.
Durante el rodaje de este largometraje, los miembros del propio equipo técnico y artÃstico se vieron afectados por situaciones peculiares, llegando algunos a presenciar sucesos extraños en el set, según han contado en algunas entrevistas. Al parecer, durante el rodaje tuvieron problemas inexplicables con el sonido, interferencias en los monitores y dificultades técnicas que aparecÃan siempre en las mismas escenas, lo que provocó que el actor quedase traumatizado desde entonces.
Tras estrenarse la pelÃcula, el propio Ethan Hawke desveló algo inexplicable de las cintas que se usaron para la pelÃcula. «Las cintas tenÃan imágenes que nadie del equipo grabó. Vi las grabaciones que usamos en la pelÃcula y no pude dormir esa noche. No era por la actuación, sino porque parecÃa que alguien más habÃa añadido imágenes. Juro que vi una cara detrás de la cámara en una de las escenas», contó el intérprete.