Publicado: abril 12, 2025, 2:30 am
Buenas tardes. El truco final es una película de Christopher Nolan, estrenada en 2006, y muy aclamada por la crítica y por el público, en la que dos magos rivalizan por alcanzar el número 1 en el Londres de finales del siglo XIX con resultados trágicos. Como en la película tiene un papel relevante Nikola Tesla, el maestro de la electricidad, el genio en el que se inspira Elon Musk para todo, incluyendo sus excentricidades, es tentador ver similitudes entre la ficción y la realidad.
Porque la carrera en la que se ha embarcado Donald Trump contra China, comprometiendo al resto del planeta y, para estupor generalizado, a la Unión Europea, su aliado más lógico y leal, incluye golpes de efecto, ambición, una determinación ciega por aniquilar al rival y mucho riesgo.
A estas alturas, el mundo se divide entre quienes consideran a Trump un sagaz negociador y quienes ven en él un burdo negociante; entre los que creen que devolverá la industria a su país y quienes lo ven haciendo (más) ricos a sus amigos con sus maniobras en Bolsa. Y entre quienes piensan que sus idas y venidas obedecen a un plan racional y quienes observan con pesar que sus maniobras pueden acabar tan trágicamente como el truco final de la película de Nolan.
Así que el mundo sigue conteniendo la respiración durante la tregua decretada para todos menos para el líder chino Xi Ping, y en España seguimos con atención la visita del presidente Sánchez, aunque no tanta como la que pone sobre ese viaje la Casa Blanca. A España le interesa China, claro que sí, y fomenta las relaciones comerciales aunque no comulgue en absoluto con su falta de libertades. Pero esta visita en concreto, bajo la lupa de Trump, es de alto riesgo. Por eso, ahora más que nunca, no separarnos ni un milímetro de la Unión Europea es lo más conveniente y deseable. Para España, para Europa, para el mundo.