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«Es la economía, estúpido»

Publicado: abril 11, 2025, 11:00 am

La frase “es la economía, estúpido” se le atribuye a Bill Clinton, candidato demócrata en 1992. La usó contra George H. W. Bush (padre), quien era el presidente de los Estados Unidos. Han pasado 33 años y la frase sigue siendo vigente: es la economía. 

De la mano de Wikipedia se destaca el hecho de que la frase no fue una ocurrencia clintoniana, sino parte de una estrategia diseñada por James Carville para concentrarse en cuestiones más relacionadas con “la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas.” Esa vida cotidiana, en la que la economía juega un papel tan relevante, fue la que frenó por 90 días a Donald Trump y su agresiva política arancelaria.

“Hay que ser flexibles”, argumentó Trump para tratar de justificar su derrota. Una derrota que fue causada por la caída mundial de las bolsas, las protestas multitudinarias que inundaron las calles de los Estados Unidos, la fuga de capitales, la erosión del bloque conservador en el Congreso y la inconformidad de muchos multimillonarios que fueron afectados. Sí, es la economía.

La medicina trumpiana agravó la enfermedad y la posposición de 90 días muy posiblemente significará que se tomarán otras medidas menos dañinas. Esto no significa que dejará atrás sus ánimos guerreros, simplemente que los aplicará en dosis más dirigidas. En el artículo de la semana pasada hablamos de la lógica detrás de la aparente locura de las acciones del residente de la Casa Blanca.

En primer lugar, se señaló que el discurso y las acciones de Trump estaban dirigidos a sus seguidores, dispuestos a creer en datos falsos y afirmaciones absurdas. Pero resulta que esa narrativa se estrelló contra la carestía, el nerviosismo de los mercados, la afectación de servicios médicos, educativos y las jubilaciones. Normalmente, cuando hay una lucha entre la narrativa y la vida real suele triunfar esta última. Este fue el caso.

En segundo lugar, destaqué que la andanada más fuerte de medidas estaba dirigida contra Asia (China, Japón, Corea del Sur, Vietnam, India, Tailandia, Camboya, etc.). Esto sigue vigente parcialmente. Ahora solo China mantiene un arancel de 145% en sus productos que llegan a los Estados Unidos. En esencia, la guerra arancelaria es una guerra contra China, que por diversas causas está desplazando en el terreno económico y tecnológico a nuestro socio comercial.

Anoté que la segunda andanada con fuerza fue contra la Unión Europea que, en medio de divisiones, se preparaba a responder a los aranceles norteamericanos. Ahora, les ha dado una tregua que han abrazado rápidamente. Por supuesto, la amenaza no ha terminado. Trump considera que Europa se ha aprovechado de Estados Unidos y no cumplen sus compromisos militares y la reciprocidad que le deben por brindarle un paraguas nuclear.

Con Canadá y México las cosas siguen igual que la semana pasada, con el agravante de que los secretarios del hombre naranja no suelen estar bien informados de lo que decidirá su jefe. La única diferencia es que el presidente Trump amenazó con imponer aranceles adicionales a los productos mexicanos que llegan a Estados Unidos, o algún otro tipo de sanciones, si el Gobierno mexicano persiste en no cumplir con la entrega de aguas del Río Bravo al Estado de Texas.

Por supuesto, se encendieron las alarmas en el gobierno mexicano y la “mujer fantástica”, como llamó a Claudia Sheinbaum el habitante de la Casa Blanca, aseguró que: «El día de ayer fue enviada al subsecretario del Departamento de Estado de Estados Unidos una propuesta integral para atender el envío de agua a Texas dentro del tratado de 1944, que incluye acciones de muy corto plazo». La presidenta confía en que se llegará a un acuerdo. Habrá que ver si se calman las aguas.

Regresando al tema de los aranceles mundiales, finalmente es clara la estrategia del gobierno norteamericano: aislar en lo más posible a China. Para ello, no solo le ha impuesto unos aranceles altísimos, sino que es posible que empiece a presionar a los países que comercien con la nación asiática. Con México esta estrategia ya ha rendido frutos. Esto ya no se parece solo a una estrategia comercial sino a la antesala de un conflicto que podría escalar. El gobierno chino ha asegurado que le contestarán a Estados Unidos cualquier tipo de guerra.

Con la pausa de 90 días, las bolsas tuvieron una recuperación efímera. Ya se verá si los ánimos guerreristas del magnate se aplacan al contemplar los efectos de sus políticas en la vida cotidiana de los norteamericanos.

Y sí, “es la economía, estúpido”.

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