Publicado: mayo 7, 2025, 11:00 pm
¿Cómo se forma un escritor? ¿Cuáles son las tablas sobre las que un autor ejerce ese oficio de incertidumbre que es generar literatura? ¿Ese punto de partida define el estilo narrativo y las inquietudes de su pluma? ¿En qué momento la piel se hace dura ante el escrutinio de las editoriales cuando se es un aspirante a las primeras publicaciones?
El escritor Enrique Serna comparte con este diario la propia experiencia, aquello que lo formó como escritor, hoy poseedor de la gran mayoría de los premios más importantes para la creación literaria en nuestro país, como el Xavier Villaurrutia 2019 por la novela “El vendedor de silencio”, el Antonin Artaud 2011 por “La sangre erguida”, el Bellas Artes para Obra Publicada 2004 por “Ángeles del abismo” o el Mazatlán de Literatura 2000 por “El seductor de la patria”.
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También ostenta el Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco 2020 por el conjunto de su obra y el Jorge Ibargüengoitia 2025, que le entregó este año la Universidad de Guanajuato por sus novelas históricas, además del Premio Caridad Bravo Adams, que esta semana le otorgó la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), gremio al que pertenece desde los años 80, cuando trabajó como argumentista de televisión y fue pupilo del escritor y dramaturgo Carlos Olmos, a quien reconoce como su gran maestro.
“Mi mejor escuela fue la tertulia literaria”
“No asistí a ningún taller literario, tampoco a ninguna escuela de escritores. Estudié Letras Hispánicas en la UNAM, pero creo que mi mejor escuela fue la tertulia literaria que se daba en una agencia de publicidad donde entré a trabajar muy jovencito, a los 18 años, que se llamada Procinemex. Era una agencia especializada en películas mexicanas. En el equipo de redactores estaban Carlos Olmos, el poeta Francisco Hernández y varios críticos de cine, además de otros que no eran escritores, pero eran muy buenos lectores. Hablábamos de cine, de literatura, al grado que me interesaban más los libros que se comentaban en esas tertulias que los que nos dejaban en la universidad, porque los compañeros eran muy ingeniosos, divertidos, y yo en esa época era como una esponja, quería aprenderles todo lo que pudiera. Eso me sirvió bastante como escuela”, relata el autor.
En aquel trabajo, Serna tenía que escribir las sinopsis de las películas, lo que obligaba a condensar los argumentos, además de la tarea habitual de idear slogans publicitarios. “Ese trabajo fue una bonita escuela para mí”.
A partir de estas tablas, ¿cómo se gestaron las primeras obras de Enrique Serna?
“Recuerdo que escribía cuentos que mandaba a concursos, a revistas; por ejemplo, a ‘El cuento’, de Edmundo Valadés. Cuando me rechazaban, hacía un ejercicio de autocrítica, porque, ante un rechazo, como escritor principiante tienes dos caminos: creer que hay una conspiración en tu contra, que no quieren reconocer tu genialidad, o aceptar que no has dado el ancho. Eso fue lo que hice, empecé a exigirme más. Pero es cierto que durante mucho tiempo estuve escribiendo cuentos que no publiqué. Después decidí escribir una novela, que fue ‘Señorita México’ y después ‘Uno soñaba que era rey’, y las tuve guardadas en un cajón durante bastante tiempo, hasta que logré publicar una de ellas (la primera) y me gané un premio (el Premio Nacional de Novela Ciudad del Carmen en 1987). A partir de entonces, fui agarrando mi camino en la literatura”.
Sobre Mario Vargas Llosa
El Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, fallecido el pasado 13 de abril, comparte Serna, “fue uno de mis grandes deslumbramientos, sobre todo ‘La ciudad y los perros’, que la leí a los 16 años; me atrapó. Tal vez esa novela contribuyó a sembrarme la ilusión de ser escritor. Lo que me asombra de esa novela es que es terriblemente claustrofóbica, por el ambiente que describió en el Colegio Militar Leoncio Prado, que era una correccional muy sórdida, donde regía lo que llamaba Elías Canetti ‘La teoría del aguijón’, donde el subordinado, después de padecer muchas humillaciones, trata de desquitarse con el de abajo”.
Uno de los aspectos de la novela en cuestión que más le maravillaron, amplía, es que Vargas Llosa la escribió muy joven, entre los 20 y los 25 años, “y la escribió para vengarse de su padre, porque lo había obligado a internarse en ese mismo colegio, porque no le gustaba que quisiera ser escritor y quería como que se hiciera hombrecito, como para que, después de ese escarmiento, se le acabaran sus veleidades literarias. Fue una venganza magnífica de Vargas Llosa”.
“Yo era un lector más ingenuo”
En aquellos años de juventud, evoca, “yo era un lector más ingenuo. No tenía el grado apreciación literaria que tengo ahora, donde significan mucho los andamios de la escritura. Entonces era un lector que sencillamente me dejaba atrapar por un escritor y no sabía cómo se llamaban los recursos literarios que se utilizaban, no sabía lo que era un monólogo interior ni los diálogos que luego llamaron telescópicos, las interpolaciones de tiempos. Pero me asombra que, siendo tan joven, una novela que tiene ese nivel de maestría (refiriéndose a la obra de Vargas Llosa) me atrapara tanto”.
Hoy en día, Serna se reconoce como un escritor minucioso con la planeación de sus obras, a diferencia de otros autores que construyen la obra sobre el camino; en cambio, dice, “yo sí necesito pisar tierra firme”.
Finalmente, el autor comparte que hay quienes se han interesado en adaptar varias de sus novelas al audiovisual. “Tengo varias que están en proceso de que, a lo mejor las van a hacer o no. Pero ese es un proceso muy largo. Por ejemplo, le vendí a Televisa ‘La doble vida de Jesús’ y escribí 30 capítulos de una hora, pensando en una teleserie de tres temporadas. Ésa me la compraron hace 17 años, pero se archivó. Me pagaron los derechos completos y todo, pero hasta ahora no se ha hecho nada”.
Para leer a Enrique Serna
Novela
- Señorita México (1987)
- Uno soñaba que era rey (1989)
- El miedo a los animales (1995)
- Fruta verde (2006)
- La sangre erguida (2010)
- La doble vida de Jesús (2014)
Novela histórica
- El seductor de la patria (1999)
- Ángeles del abismo (2004)
- El vendedor de silencio (2019)
Cuento
- Amores de segunda mano (1991)
- El orgasmógrafo (2001)
- La ternura caníbal (2013)
- Lealtad al fantasma (2022)
Ensayo
- Genealogía de la soberbia intelectual (2013)