La última vez que fue vista, Sheila Fox tenía 16 años y lucía una media melena suelta con flequillo. Era el verano de 1972, y se encontraba en el centro de la ciudad británica de Coventry. Vivía con sus padres, y de acuerdo con medios británicos mantenía una relación con un hombre mayor. Y hasta ahí, porque desde entonces, no se sabía nada ni sobre ella ni sobre su paradero. Parecía que se la había tragado la tierra; hasta ahora. Hace apenas unos días, la Policía de West Midlands anunció que había conseguido dar carpetazo a un misterio que durante los últimos 52 años había traído de cabeza a los agentes. Y todo gracias al empleo de las redes sociales. Después de años de trabajo, la policía británica logró localizar una fotografía de Fox que databa, aproximadamente, de la fecha en la que fue vista por última vez. La compartieron en su página web y en sus redes sociales el pasado domingo 29 de diciembre y, gracias a ello, lograron localizar a la desaparecida, que se encuentra perfectamente a sus ya 68 años de edad. «Estamos absolutamente encantados de haber encontrado a Sheila después de más de cinco décadas», señaló la sargento Jenna Shaw, sargento de la Policía de West Midlands e integrante del equipo de búsqueda de desaparecidos. «Cada persona desaparecida tiene una historia, y sus familiares y amigos merecen saber qué les pasó y, con suerte, reunirse con ellos», remató la agente. La imagen compartida de Fox es borrosa y está en blanco y negro . Sin embargo, eso no fue problema para que varios usuarios reconociesen a la desaparecida apenas unas horas después de que la fotografía fuese publicada en la red. Los agentes del equipo de investigación de desaparecidos lograron dar con ella el pasado miércoles. Sobre la desaparecida no ofrecen datos más allá de que se encuentra en buen estado y de que reside actualmente en una localidad de Reino Unido diferente a la Coventry en la que había sido vista por última vez. Sea como sea, esta no es la primera vez que las redes sociales, o internet en general, ayudan a localizar a personas que se habían volatilizado sin dejar rastro. En 2016, una foto en Facebook jugó un papel crucial para poder localizar en Egipto a un niño llamado Mustafá, que llevaba desaparecido, por entonces, cerca de siete años. Algo parecido ocurrió el pasado noviembre en España, en concreto, en la madrileña Fuenlabrada. La publicación en redes sociales por parte de la asociación SOS Desaparecidos de información sobre una mujer de 80 años que llevaba días en paradero desconocido fue clave para su localización. Todo gracias a las plataformas y a la colaboración ciudadana, tal y como ocurrió en el caso de Sheila Fox.