Publicado: agosto 8, 2025, 3:30 pm
Tras el anuncio del gabinete de seguridad israelí de tomar el corazón de la Franja, los habitantes de la ciudad de Gaza, en medio de su lucha diaria por conseguir comida, se muestran reticentes a volver a desplazarse y contestan: «La muerte ya nos da igual, si nos quieren matar que lo hagan».
Mohamad Yahya Sahhar, un joven de 32 años que vive en el barrio de Cheij Raduan de la capital, cree que la operación anunciada por el gobierno de Benjamín Netanyahu «fracasará como las anteriores» y asegura que «el pueblo gazatí se aferra a su tierra».
«La muerte ya nos da igual, si nos quieren matar que lo hagan. Caminamos hacia la muerte cuando buscamos ayuda en Zikim (la zona fronteriza del norte donde los gazatíes acuden a coger comida de los camiones que entran), hay bombardeos por todas partes«, dice a EFE. Explica que los gazatíes ya se han desplazado muchas veces y adaptado a «la muerte, la pobreza y todas las condiciones difíciles que nadie ha vivido en el mundo».
Mohamad habla entre la gente que camina por las calles polvorientas de la ciudad, que han amanecido hoy con muchos mercados cerrados o prácticamente vacíos, en lo que los palestinos interpretan como una maniobra de los comerciantes para guardar los productos y subir los precios ante lo aprobado por Israel.
Sus habitantes, en torno a un millón, se enfrentan ahora a un nuevo desplazamiento al sur, a una pequeña zona ya atestada de gente, puesto que los dos millones de habitantes de Gaza se concentran en un 25 % de su ya de por sí pequeño territorio. El resto está ya controlado por el Ejército israelí.
Nadie quiere dejar la ciudad
«(Netanyahu) Ha invadido toda Gaza, no logró ningún objetivo. Dos años y la guerra sigue en marcha. ¿Qué objetivos logró? Matar a los niños, las mujeres y los civiles. No mató ni a los terroristas, como él dice, ni a Hamás ni nada, solo mata a los civiles», se lamenta a EFE otro gazatí, Mohamed Hamdan, de 45 años, que se niega a volver al sur, adonde ya se ha desplazado antes: «no estoy dispuesto a volver allí».
Como Yahya Sahhar y Hamdam, Ahmed Madi, de 37 años, ve complejo desplazarse de nuevo. No cree que en Mawasi, en Jan Yunis, en el sur, quede espacio para una tienda de campaña más: «Y encima dicen que son zonas seguras, pero por el contrario, hay bombardeos diarios en Mawasi. Las palabras de Netanyahu no son nada realistas«.
Este gazatí se desplazó del barrio de Al Zaitun (en ciudad de Gaza) y ahora vive en Cheij Raduan, donde presencia, en sus palabras, la «guerra civil» que se vive por la falta de comida y por los pocos camiones que llegan para alimentar a los dos millones de gazatíes.
«La decisión del gabinete de seguridad no es realista. Cuando el presidente Netanyahu dice que va a invadir la Franja de Gaza, pero se contradice al decir que esto protegerá a los civiles… ¿cómo?», se pregunta este desplazado, y encadena otra cuestión más aguda: «¿Quiere protegernos o invadirnos?».
¿Nuevo gobierno sin la ANP?
Netanyahu afirmó este jueves que su intención es hacerse con el control de toda la Franja e imponer un gobierno de transición árabe donde no estén representados ni Hamás ni la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Pero muchos ven difícil que esto se pueda materializar. «Son palabras para el consumo mediático», considera Yahya Sahhar, que cree que el «plan va a fracasar».
«Yo no soy partidario de Hamás, pero Hamás está volcada en los niños y en la gente, (Netanyahu) no puede erradicarlo, porque si quiere acabar con Hamás debe acabar con un millón de personas (…). Hamás es una idea, y la idea nunca muere«, dice este joven.
Para Madi, esto va más allá de Hamás: «Lo que está pasando no tiene nada que ver con acabar con Hamás. Lo que ocurre es un genocidio de los humanos, de la tierra y los árboles».
«Si no quiere a la Autoridad Nacional Palestina, ¿quién nos va a gobernar?», se pregunta Madi, y de hecho cree que lo único que quiere Netanyahu es que los gazatíes se vayan de la Franja. «Este es nuestro país y nos aferramos a él, no lo abandonaremos hasta el último momento. No abandonaremos nuestro país. Nacimos aquí, viviremos aquí y moriremos aquí», protesta Madi.
Según la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el 88 % del enclave palestino está sometido ya a órdenes de desplazamiento forzoso o se ha convertido en un área militarizada del Ejército israelí, que cifra en un 75 % el territorio controlado por sus fuerzas.
Desde el comienzo de la ofensiva israelí en la Fraja, en octubre de 2023, el Ejército israelí ha matado a más de 60.000 personas, en una situación denunciada como genocidio por países como Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, una calificación que también han usado organizaciones internacionales e israelíes de derechos humanos.
«Lamentablemente el mundo nos mira con un solo ojo. No somos blancos ni europeos para que nos defiendan. El mundo tuvo una posición seria cuando vio a dos de los rehenes judíos hambrientos, pero no ve a dos millones de personas sometidas al hambre y asesinadas a diario. Es un mundo injusto», reflexiona Yahya Sahhar.