Publicado: mayo 13, 2025, 12:00 am
Lo llamaban ‘crisopeya’, el arte de transmutar metales ‘viles’, como el plomo, en oro. Durante siglos, e impulsados quizá por la similar densidad del grisáceo plomo y el codiciado y brillante oro, los alquimistas persiguieron, aunque inútilmente, la fórmula para conseguirlo. Sólo mucho más tarde, la quÃmica moderna demostró que los dos elementos son completamente distintos, y tienen propiedades fundamentales que no permiten convertir uno en otro. O por lo menos no con los métodos quÃmicos convencionales. Pero la llegada de la fÃsica nuclear en el siglo XX abrió una nueva perspectiva. Y se descubrió que los elementos pesados podÃan transformarse en otros a través de procesos nucleares, ya sea mediante la desintegración radiactiva natural o siendo bombardeados en laboratorio… Ver Más