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El trampolín de la digitalización de las pymes se topa con una piscina a medio llenar

Publicado: marzo 15, 2025, 11:52 pm

Resiliencia ante los cambios de ciclo, optimización de procesos, mejora de rentabilidad o aumentos de productividad son algunos de los efectos que la digitalización proporciona a las pymes y que, en última instancia, contribuyen a que puedan incrementar su tamaño, algo que resulta vital para un país como España, en el que estos negocios son los reyes del tejido empresarial. Aunque la pandemia provocó una aceleración sin precedentes de la adopción tecnológica , entre las compañías más pequeñas, que disponen de recursos limitados, la puesta al día todavía tiene carencias que lastran su desempeño diario y les impiden exprimir las nuevas oportunidades del siglo XXI. El maná europeo se presentaba como la gran esperanza para revertir la situación y programas como el Kit Digital como una de las medidas estrellas para que las organizaciones de menos de 250 asalariados y los autónomos metieran una marcha extra a su modernización, pero los expertos defienden que, aun siendo un esfuerzo encomiable, para maximizar su impacto la iniciativa ha de tener continuidad en el futuro. El momento histórico en el que nos encontramos hace que la incorporación de las TIC haya dejado de ser una opción, de ahí que las pymes o se suben a la ola disruptiva o se arriesguen a perecer por falta de competitividad. Que este mensaje cale en el ecosistema y se traduzca en la implementación de estrategias digitales cobra una especial importancia en España por su ‘superpoblación’ de pymes. De las 2.948.527 compañías que existen, el 54,38% son pymes sin asalariados, el 45,42% pymes con asalariados (de 1 a 249) y tan solo el 0,2% grandes corporaciones, con datos de diciembre de 2024. Este último grupo es responsable del 38,36% de los puestos de trabajo, mientras que las firmas con desde 0 hasta 249 asalariados están detrás del 61,64% restante. Según las estadísticas de Eurostat referidas a 2023, las pequeñas empresas generan el 52,9% del empleo en nuestro país , por encima de la media de los Veintisiete, situada en el 49,1%. Es por ello que, en un entorno cada vez más globalizado y exigente, su transformación no admite tiempo que perder y exige una actuación desde varios frentes para explotar a tope el trampolín de las ayudas europeas. El panorama actual arroja luces y sombras. En algunos parámetros clave España goza de una posición buena en comparación con sus vecinos del Viejo Continente, pero en otros se ha quedado rezagada. La última edición del Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) revela, por ejemplo, que el 60,5% de las pymes patrias disfruta de al menos un nivel básico de identidad digital, entendiéndose como tal que usan, como mínimo, cuatro de las doce tecnologías seleccionadas. La cifra está por encima de la media europea (57,7%), aunque por debajo de la registrada por una decena de Estados miembros. Hay una variable en la que nuestro país destaca, ya que ostenta la quinta posición en el ranking europeo: el 53,6% de las pequeñas y medianas compañías españolas utilizan un paquete de software ERP (planificación de recursos empresariales) para compartir información entre diferentes áreas funcionales, mientras que la media europea es del 42%. En lo relativo a la venta online también han dado un paso al frente, puesto que el 29,6% recurre a este canal, frente al 19,1% de media europea. Otro apartado en el que han hecho los deberes es el envío de facturas electrónicas , aptas para su procesamiento automatizado (39%, en línea con el 38% europeo). Sin embargo, aún quedan áreas de mejora. Menos de la mitad de las pymes, el 48,7%, utiliza tecnologías de inteligencia artificial o compran servicios de computación en la nube sofisticados o intermedios o realizan análisis de datos, mientras que la media de la UE llega al 53,6%. España cae en este indicador hasta el puesto decimonoveno. Por su parte, el II Informe de Pymes y Autónomos Hiscox 2024, realizado en colaboración con KPMG, advierte de la notable reducción en la inversión destinada a las estrategias digitales: para 2025, las pymes planean dedicar el 12,6% de su presupuesto general a este ámbito, muy por debajo del 18% destinado en 2022. Esta tipología de empresas convive con una serie de obstáculos en su camino a la digitalización. Nacho de Pinedo, fundador de ISDI, asegura que, debido a su reducido tamaño, no pueden generar economías de escala, división del trabajo ni prepararse lo suficiente en materia de nuevas tecnologías. «En los últimos años han aparecido soluciones construidas para ayudar a las pymes, como el e-commerce o la publicidad digital , pero la adopción está siendo inferior que en las empresas grandes porque carecen de tiempo para formarse y no pueden designar a una persona para que se encargue específicamente de ello. Es un drama porque si incorporasen esas herramientas estarían en condiciones de competir en sus nichos con rivales más grandes», repasa como las principales dificultades que enfrentan. El experto alude a las conclusiones del estudio de Economía Digital 2023, realizado por Adigital, para entender la realidad de estas compañías. El documento revela que, en términos generales, tienen una posición financiera menos sólida que las grandes empresas, lo que desemboca en una mayor volatilidad y una menor resiliencia económica por factores como la imposibilidad de beneficiarse de las economías de escala, la mayor dificultad para acceder al crédito en España, así como a mercados internacionales de financiación, los recursos limitados para invertir en innovación y digitalización, y la mayor complejidad para profesionalizarse , atraer talento y retener trabajadores especializados. Esto redunda en la productividad. Las pymes españolas arrojan un resultado de 37.580,81 euros por empleado frente a los 48.672,46 de media de la UE, como pone de manifiesto el tercer Informe de Seguimiento Anual 2022/2023 del Marco Estratégico en Política de Pyme 2030, en base a datos de Eurostat de 2021. Kit Digital, gestionado por la entidad pública Red.es, dotado con 3.067 millones de euros y dirigido a microempresas, pymes y autónomos, nació con el objetivo de subvencionar la implantación de soluciones digitales para conseguir un avance en el nivel de madurez digital. De Pinedo aplaude la iniciativa, pero hace hincapié en la conveniencia de ampliar el radio de acción. «Inicialmente se diseñaron programas de formación presenciales y largos, que resultaban incompatibles con la realidad de las pymes. Después se ha pasado a planes más específicos y online», comenta. Los conoce de primera mano porque ISDI es una de las instituciones que imparten los programas. El siguiente paso es la mentorización. En su opinión, la intención del legislador es que la reciban el mayor número posible de solicitantes y no está afinando suficiente la selección de los mentores. «Debería primar la calidad sobre la cantidad», apunta. En cualquier caso, valora todo estímulo que contribuya a que las pymes aumenten su tamaño porque «es clave para la supervivencia». Pilar Roch, directora general de Ametic, recuerda precisamente que un 42% de pymes afirman tener problemas para incorporar mejoras tecnológicas debido a su dimensión. «La burocracia asociada a las ayudas para la digitalización, el escaso tiempo del que disponen para dedicar a estas actividades y la falta de talento son los grandes inconvenientes», señala. Aun así, destaca como positivo que casi el 61% de las pymes alcance un nivel de intensidad digital al menos básico en 2023, frente al 58% europeo. «No estamos tan mal, aunque dado que el 99,8% de las empresas españolas son pymes, es preocupante lo que queda por digitalizar», concluye. Para las pymes y autónomos, defiende Roch, el Kit Digital ha funcionado muy bien en el ‘front office’, es decir, en lo que un negocio lleva a cabo para atender a sus clientes: página web, canales de comunicación como el email marketing o las redes sociales… «Pero para que se digitalicen de una forma más completa hay que actuar en los procesos internos, donde entra en juego la nube, la inteligencia artificial o la analítica de datos», matiza la directora general de la patronal, que cree que Kit Consulting es un aliado para lograrlo. El programa, dotado con 300 millones de euros financiados a través de los fondos Next Generation, está destinado a contratar servicios de asesoramiento digital especializado. Dirigido a pymes de entre 10 y menos de 250 empleados, ha concedido más de 14.500 ayudas, un volumen que equivale a más de 200 millones de euros. Como destacan desde Red.es, con este programa han puesto en marcha «por primera vez en la Administración Pública» una plataforma de IA que sirve de ayuda y soporte para la revisión de la justificación, lo que «supone una reducción del 80% en el tiempo, pasando de tardar cinco horas a 90 minutos». Pilar Roch, de Ametic, apunta asimismo que sería interesante apoyar a las pymes para obtener la financiación pública disponible en el mercado, ya que «carecen de personas capacitadas para preparar toda la documentación porque no forma parte de su dinámica diaria». Este es uno de los retos en el horizonte, además de pensar en cómo afrontar el día de después de las ayudas europeas. En este extremo inciden desde Cepyme, que reclama un plus de ambición: «Resulta necesario ir más allá en cuanto al grado de digitalización y poner aún más el acento en las soluciones de gestión de procesos, pero también de clientes, en la ciberseguridad avanzada, la analítica de datos y la inteligencia artificial , entre otras cuestiones». Piden que se dé continuidad a las actuales acciones, «pero con una vocación de largo plazo y centrando las actuaciones en soluciones que generen mayor valor añadido y productividad en la pyme». En paralelo, reclaman que, una vez instaladas las nuevas herramientas, se cree un esquema de ayudas para afrontar el pago de las licencias durante varios ejercicios: «Esto daría tiempo suficiente para que afloraran los beneficios de la digitalización y las empresas de menor tamaño pudieran autofinanciarla». Y es que la transformación digital trae consigo numerosas ventajas. «Es clave para la consecución de una operativa más eficiente, reduciendo la necesidad de una mano de obra que resulta difícil de encontrar», comienzan por subrayar. La mayor eficiencia en los procesos es sinónimo de reducción de costes e incremento de la productividad , lo que permite mejorar la rentabilidad. «Más rentabilidad implica mayor probabilidad de supervivencia de los proyectos en el medio y largo plazo, así como más recursos para invertir en I+D, formación y mejora de procesos», indican desde la patronal. Junto con las pymes, otro colectivo sobre el que urge actuar es el de los autónomos. Jorge Alonso, coordinador del área de digitalización de ATA, es claro: «España no estará digitalizada hasta que no lo estén sus autónomos». Es una carrera de fondo en la que «conforme disminuye el tamaño de empresa, baja el índice de madurez digital». Entre los trabajadores por cuenta propia, dice, el punto de partida inicial es muy pobre y aunque en los últimos cinco años se ha avanzado, es insuficiente. «El grado de penetración de la IA , por ejemplo, es irrisorio y el riesgo es que el déficit ocasione una nueva brecha digital», alerta Alonso, que comparte su preocupación por la desprotección frente a las amenazas cibernéticas . «Muchos autónomos se han digitalizado, pero dejando puertas abiertas a los ciberdelincuentes, y un ataque puede acabar con sus negocios», lamenta. Por este motivo, defiende la creación de programas específicos que mantengan a los autónomos formados y concienciados, más allá de lo contemplado en el Kit Digital. El programa ya ha concedido más de 650.000 ayudas por valor de alrededor de 2.700 millones de euros. «Hoy en día, tres años después de su apertura, siguen entrando solicitudes, de media 2.200 al día», comentan desde Red.es. Las fuentes consultadas coinciden en lo positivo de la iniciativa, aunque hay agentes digitalizadores (responsables de implantar las soluciones en la pyme o autónomo beneficiario del bono digital y que reciben la ayuda económica una vez han justificado su trabajo) que expresan un cierto malestar. Gonzalo Iglesias, CEO de Caredesk Soluciones, califica la experiencia de «despropósito» por las trabas que han sufrido. «Un Kit Digital entero se tarda en cobrar 20 meses y, transcurrido ese plazo, hay casos en los que nos siguen pidiendo requerimientos. El 40% del tiempo va para tareas administrativas», cuenta. Según su testimonio, la web en la cual se administran las distintas plantillas para la justificación del servicio prestado se cae con frecuencia. El descontento también lo siente Pablo F. Iglesias, CEO de la consultora de reputación y presencia digital CyberBrainers. «Nos hemos enfrentado a procesos que cambian constantemente, lo que en ocasiones ha retrasado proyectos ya iniciados, o incluso los ha cancelado». Señala también que el pago por los servicios prestados se ha demorado bastante: «Tengo facturas pendientes desde hace aproximadamente un año». Sin embargo, desde Red.es informan de que en estos momentos el plazo máximo de pago de los trabajos realizados y justificados correctamente es de 60 días , y que han hecho un esfuerzo por ayudar a los agentes digitalizadores a justificar correctamente: «Se han organizado ocho ‘webinars’ para resolver errores frecuentes, se han creado grupos de trabajo con agentes digitalizadores, se han elaborado guías específicas, FAQ´s resolviendo dudas frecuentes, cinco vídeos tutoriales y píldoras informativas disponibles en nuestra cuenta de YouTube. Incluso se ha creado un canal de atención exclusivo». Detallan que hay más de 650.000 bonos concedidos y más de 800.000 acuerdos justificados correctamente de los que más del 92% ya están pagados. El resto están en proceso de subsanación», aclaran. Cabe recordar que la modificación de la Ley de Subvenciones permite que el instructor solicite nuevas evidencias para facilitar el cobro de la ayuda. En cuanto a la excesiva burocracia, insisten en que bajo el lema ‘cero papeles’ y gracias a herramientas de robotización, Red.es ha agilizado el proceso de forma que se ha reducido el tiempo de tramitación de un expediente de tres horas de media a tres minutos . «Se han llevado a cabo, hasta la fecha, más 12 millones de consultas automatizadas. Estos se traduce en que, si el solicitante cumple los requisitos y realiza correctamente la solicitud, se le concede la ayuda en solo 15 días», precisa la institución. Tecnología al servicio de las pymes y autónomos para que profundicen en una digitalización que resulta cada vez más decisiva para su supervivencia.

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