Billie Eilish, Lewis Capaldi o Lele Pons son algunas de las celebridades que, en los últimos años, han compartido públicamente su experiencia con el síndrome de Tourette, un trastorno neurológico que puede afectar mucho a la calidad de vida de quienes lo sufren. Sin embargo, a pesar de ello, aún sigue existiendo cierto estigma social en torno a él.
Prueba de ello es el caso del tiktoker Jordi Rodríguez Moreno, quien, recientemente, se ha visto obligado a sacar a la luz su diagnóstico a raíz de la polémica que surgió el pasado 23 de enero durante la gala de los Army Awards 2025, conocidos como los «anti-premios» de Ceciarmy.
Aunque hubo numerosos momentos inolvidables, tales como el discurso que dio del boxeador Antonio Barrul, a escasas horas de ser absuelto de la pelea por defender a una mujer de su agresor, lo cierto es que uno de los más comentados en redes sociales fue el gesto que hizo Rodríguez cuando invitaron a subir al escenario a Sofía Surferss, la hermana de Lola Lolita. Tras ser llamada, enfocaron al público y se vio al tiktoker haciendo aspavientos con la mano, lo cual fue interpretado por muchos como una burla hacia ella.
Ante el revuelo causado, el influencer ha publicado un vídeo de TikTok, en el que, entre lágrimas, pone en contexto la situación para aclarar el viral malentendido, que, según cuenta, le «rompió mucho». «Hay un momento en el que enfocan a todo el escenario y todo el mundo está quieto, menos yo, que hago un gesto. Se me ve haciendo un movimiento involuntario, un tic», relata Rodríguez, al borde del llanto.
«Es muy duro sentirse juzgado»
De esta forma, el creador de contenido revela que, en realidad, su gesto no era una «burla» hacia Sofía, sino un «tic» provocado por el síndrome de Tourette con el que convive, el que describe como su «mayor miedo». «Algunos lo verán una tontería, pero para mí es un mundo», confiesa y asegura que su enfermedad esconde «mucho más» que la gente «no ve».
Un ejemplo de ello serían los «insoportables» dolores musculares y óseos que producen en el cuerpo los tics constantes que experimenta. «Es como si mi cuerpo estuviera en guerra consigo mismo constantemente», añade Jordi, sobre el carácter «físicamente agotador» del Tourette.
Además, según cuenta, otra de las particulares de los tics es que, más allá de ser involuntarios, es que aparecen en los momentos más inoportunos, incluso mientras se encuentra al volante. «Una vez mi madre tuvo que sujetar el volante para evitar que tuviésemos un accidente», añade.
Por ello, Rodríguez, agradecido a su entorno por el apoyo que le han mostrado desde el principio, ha pedido a su comunidad virtual que actúe con normalidad cuando se percaten de que alguien padece el síndrome de Tourette, ya que «es muy duro sentirse juzgado por algo que no se puede controlar». Así, en la descripción de su vídeo, que acumula más de 6,5 millones de reproducciones, ha expresado lo siguiente: «Simplemente pido respeto. Espero que ahora me podáis entender mejor».