Hace unas semanas, se dio a conocer la trágica noticia del fallecimiento de Cauy Alan Brewer, un joven de 24 años que perdió la vida tras sufrir un accidente de tráfico en Oklahoma. Desde entonces, su novia, la tiktoker Sandra Pérez, más conocida como Aquisandrax, se ha mantenido alejada de las redes sociales para afrontar este inesperado giro en su vida.
«Cuando tenga fuerzas volveré a subir contenido y os lo intentaré contar», escribió la influencer de 24 años a través de Instagram, junto a una de sus fotos preferidas de cuando aún eran adolescentes. Y es que la pareja, según parece, se conoció a los 16 años, cuando la creadora de contenido realizaba una experiencia estudiantil de un año en Estados Unidos, donde, más tarde, decidió afincarse junto al joven de Oklahoma.
En apenas dos años, ‘Aquí Sandra’ ha alcanzado una gran popularidad en TikTok, donde acumula 3,8 millones de seguidores, gracias a los vídeos en los que comparte su día a día como zaragozana viviendo en Miami. En este contexto, su ausencia en redes ha generado multitud de comentarios, hasta el punto de que Sandra salió a defenderse del acoso por su manera de gestionar la muerte de su pareja. «Es agotador», expresó en X.
Este martes, sin embargo, la creadora de contenido ha decidido dar un paso al frente y, por primera vez, ha hablado sin reservas de cómo ha vivido su doloroso proceso de duelo. «Es el vídeo más difícil que he grabado nunca», ha comenzado diciendo a través de TikTok.
En su vídeo, la zaragozana confiesa que se llegó a plantear dejar su trabajo como influencer, aunque, finalmente, lo descartó, al darse cuenta de que, a su juicio, las redes sociales fueron «un refugio cuando estaba sola en Oklahoma». «Parece una tontería, pero de alguna forma me ayuda a conectar conmigo misma», comenta la tiktoker, entre lágrimas.
«Muchos sabéis que he pasado el peor momento de mi vida. Ayer me duché por primera vez en un tiempo. (…)Ya no me acuerdo ni de cómo es mi cara maquillada», relata Sandra, quien, añade, está reconstruyendo su vida a base de pequeños gestos, tales como asearse o hacerse la manicura.
En este punto, y aunque agradece el apoyo que ha recibido en sus redes sociales, ha señalado su temor a convertirse nuevamente en objeto de críticas por cualquier actitud que tenga en lo que parece su regreso oficial a las redes sociales, el cual se debe, en parte, a razones económicas, pues ya no cuenta con el respaldo de su pareja. «No puedo recuperar mi vida, la vida que tenía antes ya no existe», concluye Sandra, con la esperanza de, poco a poco, poder «construir una nueva».