Publicado: marzo 7, 2025, 9:00 am
En el marco del Día Internacional de la Mujer, es crucial reconocer y celebrar el papel vital que desempeñan las mujeres en la medicina preventiva, tanto como pacientes como profesionales de la salud. Diversos estudios han demostrado que las mujeres no solo son más propensas a adoptar comportamientos preventivos, sino que también son más consistentes en proporcionar cuidados preventivos cuando ejercen como médicos.
Como he tratado en otra columna, la salud preventiva se centra en anticipar y prevenir enfermedades y lesiones antes de que ocurran, a través de campañas de vacunación, controles médicos regulares, educación sobre hábitos saludables y promoción de un estilo de vida activo. En contraste, la salud curativa se enfoca en tratar y curar enfermedades una vez que se han manifestado. Aunque ambos enfoques son esenciales, la salud preventiva ha recibido menos atención y recursos en comparación con la salud curativa, a pesar de su potencial para reducir la incidencia de enfermedades y mejorar la calidad de vida, además de hacer el gasto en salud más eficiente.
Por otro lado, cómo indico en una anterior columna, las mujeres enfrentan diversas brechas en salud que impactan negativamente su bienestar, enfrentando un 25% más de tiempo con «mala salud» en comparación con los hombres. Ello es también conocido como la «Paradoja de Salud y Mortalidad entre Hombres y Mujeres».
Mujeres como Pacientes:
Un estudio reciente sobre las diferencias de género en las prácticas preventivas de los médicos generales sugiere que las pacientes femeninas recibieron cuidados preventivos con menos frecuencia que los pacientes masculinos. Sin embargo, cuando se trata de la adopción de comportamientos preventivos, las mujeres lideran el camino. Durante la pandemia de COVID-19, las mujeres mostraron una mayor disposición a cumplir con medidas preventivas como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la higiene de manos.
Estudios sostienen, que la probabilidad de que los hombres se realicen chequeos de presión arterial es del 25.9%, frente al 74.1% en las mujeres. Para los chequeos de colesterol, la probabilidad es del 39% en los hombres y del 61% en las mujeres. En cuanto a la vacunación contra la gripe, la probabilidad es del 41.5% en los hombres, en comparación con el 58.5% en las mujeres
Mujeres como Médicos:
Existe evidencia que sugiere que los médicos mujeres tienden a ser más consistentes en la provisión de cuidados preventivos en comparación con sus colegas hombres.
Un estudio encontró que los médicos mujeres proporcionaron cuidados preventivos de manera más regular, especialmente en áreas como la prevención cardiovascular, el cribado de cáncer y la vacunación. Este compromiso con la prevención no solo mejora los resultados de salud de sus pacientes, sino que también contribuye a la equidad en la atención médica.
Origen de las Diferencias
Las diferencias en los comportamientos preventivos entre hombres y mujeres pueden tener raíces profundas en la socialización y los roles de género. Las mujeres, a menudo, son socializadas para ser cuidadoras y estar más atentas a las necesidades de salud, tanto propias como de sus familias. Además, los rasgos de personalidad como la amabilidad y la responsabilidad, que son más comunes en las mujeres, juegan un papel crucial en su disposición a adoptar y promover comportamientos preventivos.
De esta forma, la Teoría de la Socialización de Género sugiere que desde una edad temprana, las mujeres son socializadas para ser más cuidadoras y responsables de la salud de sus familias. Esto se traduce en una mayor atención a las prácticas preventivas y a la búsqueda de atención médica. Por otro lado, la Teoría de los Roles de Género, sostiene que los roles tradicionales asignan a las mujeres la responsabilidad del cuidado de la salud en el hogar. Esto incluye no solo el cuidado de los hijos y otros familiares, sino también la gestión de su propia salud.
Para avanzar en la prevención en salud, que tanto beneficio trae para la sociedad en su conjunto, debemos tener una población y sistemas de salud cada día más conscientes y activos en esta materia, expandiendo las buenas prácticas al respecto. Para ello son importantes políticas que incentiven la prevención en salud, enfocándose especialmente en aquellos grupos que son menos propensos a llevarlas adelante.
*El autor es experto en políticas públicas en salud, ha trabajado para diversas asociaciones e industria relaciona con estas materias, desempeñándose también a nivel académico.
