Publicado: agosto 20, 2025, 12:30 pm
Eliya Cohen, uno de los sobrevivientes de la masacre en el festival de música Nova del 7 de octubre de 2023, ha relatado los detalles de su cautiverio y la dificultad de volver a la vida cotidiana tras su liberación. En una entrevista con la CNN, el joven explica cómo ese día se encontraba con su novia, Ziv Abud, cuando los militantes de Hamás atravesaron la valla fronteriza de Gaza bajo el fuego de cohetes.
La pareja, como muchos otros, corrió hacia un refugio antiaéreo de hormigón, donde se reunieron con unas 30 personas, pero el escondite fue descubierto. Los atacantes lanzaron granadas dentro y quienes estaban en la parte frontal murieron en el acto. Cohen y Abud sobrevivieron ocultándose bajo los cadáveres.
«Intentaba hablar con Ziv para comprobar que estaba viva. Ella me dijo: ‘Está bien, al menos en el cielo estaremos bien», ha recordado. Los militantes entraron después disparando y él fue herido en la pierna y capturado junto a otros dos jóvenes, Hersh Goldberg-Polin y Or Levy. Su novia quedó atrás. «Estaba completamente seguro de que había muerto. No había posibilidad de que sobreviviera».
En Gaza, Cohen fue informado de que los rehenes servirían como moneda de cambio para negociar con Israel la liberación de prisioneros palestinos. Durante 505 días estuvo retenido principalmente en un túnel, encadenado con Or Levy, Eli Sharabi y Alon Ohel. Además, tenían las piernas atadas con cadenas de motocicleta, lo que hacía difícil incluso ir al baño. «Durante ocho meses dormimos en el suelo… Me disloqué el hombro tantas noches… nos sentíamos débiles», ha explicado.
El cautiverio estuvo marcado por la precariedad: apenas se duchaba una vez cada dos meses, no pudo cepillarse los dientes durante un año y la comida se reducía a un trozo de pan pita y una lata de alubias al día compartida entre cuatro. Levy y Sharabi lograron ser liberados, mientras que Ohel sigue retenido en Gaza y Goldberg-Polin fue asesinado.
Cohen fue liberado y pudo reencontrarse tanto con su familia como con Abud, a quien creyó muerta. Sin embargo, seis meses después, reconoce que no ha podido iniciar su recuperación emocional .»Me siento culpable cuando como. Me siento culpable cuando me ducho. Me siento culpable cuando voy al hospital, porque sé por lo que están pasando ahora mismo», ha confesado.
