Publicado: septiembre 25, 2025, 6:30 am
Por si había alguna duda, incluso en la propia cabeza del príncipe Harry, la respuesta ha sido una contundente negativa. Al menos por ahora, no entra en absoluto en los planes de Buckingham Palace que el menor de los hijos del rey Carlos III de Inglaterra retome su papel dentro del organigrama de la familia real británica y que, de alguna forma, vuelva a ejercer públicamente como representante de la misma ni aunque sea a tiempo parcial o en contadas ocasiones.
Fuentes cercanas a La Firma han hablado con el periódico británico Mail on Sunday y han sido tajantes contra cualquier insinuación de que el duque de Sussex, tras su último encuentro con su padre, el primero en más de un año y medio —desde que anunciaron que padecía cáncer—, se ha ofrecido o le han ofrecido retomar su papel dentro de la monarquía. «El rey ha sido muy claro en su defensa de la decisión que tomó su difunta madre de que no puede haber un papel público ‘a medias’ para los miembros de la familia», han explicado.
Y es que tras protagonizar junto a su esposa, Meghan Markle, el conocido como Sussexit en enero de 2020, el monarca y su equipo entienden que quien quiera participar como miembro de la familia real debe hacerlo a tiempo completo y de pleno derecho. Eso no es óbice para que se consideren que las «conversaciones de alto nivel» que han tenido y que planean tener entre padre e hijo no estén resultando en «una prueba pública de unidad», si bien inciden en que dichos cambios son solo en el ámbito familiar y en absoluto en lo que respecta a la institución.
Los informantes, eso sí, reconocen que la tan comentada reunión entre ambos fue un síntoma del «deshielo» de la relación de Harry con su familia y un comienzo, acaso cauteloso, de una posible reincorporación futura. Por ahora, matizan, ni siquiera se ha barajado que el príncipe acuda «cuatro o cinco veces al año» a Reino Unido a muy contados actos públicos como iniciativas benéficas o eventos protocolarios, a pesar de que había sido algo muy comentado. «En absoluto», es su contestación sobre la asunción de algún papel público por parte del duque de Sussex en el futuro junto al resto de los Windsor.
Y es que desde palacio también se ha llegado a sospechar de las intenciones del equipo de Harry. Porque causa cierta suspicacia que su la reconciliación con Carlos III no esté yendo de la mano de una igual con su hermano y, al fin y al cabo, heredero al trono, Guillermo de Inglaterra. De ahí que haya quien conjeture que es posible que el príncipe Harry esté intentando fortalecer su posición ducal y generando tensiones y desencuentros entre el monarca y su primogénito sobre las cargas de trabajo de cada uno.
«Estas informaciones melifluas por parte de supuestas fuentes del entorno de los Sussex son precisamente la razón por la que el rey y su familia se siguen mostrando tan reacios a comenzar cualquier camino que lleve a una reconciliación», ha desmentido una fuente, que incluso se muestra más contundente explicando que «consiguen el efecto contrario» si lo que está buscando es «reconstruir la confianza y, con ello, las relaciones».
«Como demostró claramente la visita de Estado [de Donald Trump, precisamente un enemigo declarado de los Sussex], el poder y la impresión de la monarquía moderna reside en el vínculo inquebrantable entre el rey y el príncipe de Gales, con el apoyo de otros miembros de la familia con funciones oficiales», sentencia el informante, a lo cual, eso sí, ha respondido un portavoz del príncipe Harry: «El duque ha dejado claro que la atención debe centrarse en su padre. No vamos a realizar otros comentarios más allá de eso y sobre cualquier otro asunto relacionado con su familia».
Sin embargo, hay otro elemento que no se está teniendo en cuenta y es la política. A nadie le sorprende saber que ni Harry ni Meghan están contentos con cómo está llevando Trump su mandato en la Casa Blanca, a lo que hay que sumar que dentro de poco tendrán que escolarizar a Archie y Lilibet. Y aquí entra un viejo deseo del príncipe: quiere volver a echar raíces en Gran Bretaña y que sus hijos conozcan también sus orígenes y a su familia.
De hecho, Richard Eden, uno de los expertos del diario MailOnline en la familia real británica, ha sido claro, afirmando que la aspiración de Hary es convencer a Meghan de que el siguiente paso en sus vidas es mudarse a Inglaterra para que sea allí donde se eduquen sus hijos, de manera que los pequeños tengan una conexión más fuerte en el futuro con sus raíces. Y hay más, porque según Eden, el duque de Sussex también quiere que sus hijos disfruten de «la extensa red familiar de la que sí disfrutan sus sobrinos», en referencia a los hijos de Guillermo y Kate Middleton, los príncipes George y Louis y la princesa Charlotte, y a su relación con los Tindall o con los hijos de sus primas, Eugenia y Beatriz de York.
Pero ello significaría, de alguna forma, conseguir enterrar el hacha de guerra con su hermano, una relación que está «peor que nunca», según el experto Duncan Larcombe, quien cita además una fuente cercana que pone la clave en una «cuestión de confianza» entre ambos, dado que el heredero considera que Harry «ha elegido la exposición pública en vez de la resolución en privado en demasiadas ocasiones», afirmaba dicha fuente cercana, algo que en opinión del primogénito socava la imagen de la institución de la que algún día será la cabeza visible.