Será, sin lugar a dudas, la peor imagen del cambio climático: un Ártico huérfano de hielo. Un nuevo estudio que compara varios modelos y escenarios apunta que dentro de tres a seis años podría registrarse el primer día sin hielo en el Ártico , es decir cuando haya una cobertura de hielo en el océano Ártico menor de 1 millón de kilómetros cuadrados; la cobertura media era de 6,85 millones de kilómetros cuadrados entre 1979 y 1992. Para ello, según aclaran los investigadores de este nuevo estudio, publicado en ‘Nature Communications’, deberán registrarse una serie de fenómenos meteorológicos extremos como un otoño, invierno y primavera inusualmente cálidos en la región. «Este artículo es un primer esfuerzo, basado en modelos numéricos de predicción para saber cuándo puede darse el primer día con menos de un millón de km2 de hielo en el Ártico, una condición aceptada como ‘día sin hielo’ o paso de Ártico blanco a Ártico azul», según explica a SMC España Antonio Ruiz de Elvira Serra , catedrático de Física Aplicada y profesor Honorífico Investigador en la Universidad de Alcalá (Madrid). Las conclusiones se apoyan en datos y métodos sólidos. De hecho, la observación diaria de la tendencia de evolución del hielo ártico del ‘National Snow and Ice Data Center’ de la Universidad de Colorado así lo indica. Hay muchos trabajos previos que avanzan en la dirección de este artículo, pero este es el primero que consigue señalar el primer día posible para un océano Ártico azul . No hay limitaciones importantes que tener en cuenta, puesto que las autoras ya señalan las posibles incertidumbres. Dentro de esas incertidumbres está el que este primer día sin hielo debe ocurrir entre 2027 y 2037, un intervalo de 10 años que es razonable para un sistema altamente variable como es el hielo ártico. El sistema hielo es un sistema no lineal realimentado positivamente, es decir, que cada vez que se reduce la superficie de hielo, se refleja menos radiación solar hacia el espacio , la superficie del mar libre se calienta más, ese calor se mantiene a lo largo del invierno y el siguiente verano hay menos superficie reflectora. El proceso se acelera. Las consecuencias son un chorro polar muy debilitado , con grandes meandros que producen inundaciones intensas y repetidas, heladas bruscas y olas de calor también intensas y repetidas, en las latitudes europeas. «A largo plazo, la fusión del hielo de Groenlandia producirá un aumento del nivel del mar de unos 100 metros de altura. Pero es posible que antes de esto el aporte de agua dulce de esos glaciares de Groenlandia ralenticen la AMOC (la corriente global una de cuyas ramas es la Corriente del Golfo) a lo largo de las próximas décadas, algo aún en estudio», informan los autores del estudio.