Publicado: abril 18, 2025, 10:00 am
A propósito del Plan Nacional de Desarrollo recuerda Zaid la anécdota de Luis Echeverría cuando le mandó decir al Secretario de Hacienda que desde ahora la economía se manejaba desde Los Pinos. Así fue y así nos fue.
Son numerosos los textos en los que Gabriel Zaid se dedica a hacer observaciones de sentido común acerca de la economía presidencial. En varios de ellos (no recuerdo en cuáles pero debe estar en los tomos de Economía de sus obras completas), hacía una estadística que en nuestro país a mayor planeación central sustentada en mayores Secretarios de fomento de la economía y en mayores Planes Nacionales de Desarrollo, el crecimiento económico es proporcionalmente menor (más o menos). Su conclusión es que la planeación económica no funciona; es más, es perjudicial para la economía, al menos en México.
Si repitiéramos el esfuerzo en los países de planificación centralizada, como la antigua Unión Soviética, por lo menos podemos concluir que al ser fijada por el Partido Comunista, la planificación central no guardaba ninguna relación real con la economía, lo que tronó en la URSS en 1989 (Del socialismo al mercado, Marie Lavigne, La difícil transición económica de Europa del Este)
En nuestro país la planificación de la economía es relativamente nueva. Se instituyó mediante el establecimiento del sistema de planeación democrática de un economista de derecha, curiosamente, Miguel de la Madrid, a partir de 1982. El hecho es que desde ese año hasta 2024 la economía ha crecido un raquítico 1% anual. A mayor planeación, desde Echeverría, peor desempeño nacional.
¿Por qué será eso? Lavigne lo atribuye en parte a que una vez emitida, parecía que por arte de magia se lograba. ¿Les suena familiar a frases de que desde que AMLO ocupó el poder ya no había corrupción, por ejemplo).
Otra razón -quizá la más importante- es que instaurada la planificación central, se impedía el funcionamiento de la economía libre o de los mercados que ha mostrado desde Ludwig Erhard una superioridad desproporcional la economía social de mercado sobre las economías centrales.
¿Qué podemos decir de este Plan? Es un plan menos extenso al de otros expresidentes, lo que de acuerdo a la maldición de los planes extensos, nos puede llevar a un mejor desempeño económico.
Otra cosa es que repite el Plan por México, del que ya hablamos hace varios artículos, para quitarles cualquier importancia que políticos, economistas y empresarios hayan asignado.
Si uno lee el libro del autor del milagro económico alemán, Ludwig Erhrard, Bienestar para todos (Unión Editorial, 1959), éste se caracteriza por ser la explicación de la exitosa evolución de la economía alemana desde la Reforma Monetaria de 1948, sin la menor referencia a Planes de crecimiento. El Ministro le tenía pavor a los planes centrales, ya que solo los agentes económicos movidos por la competencia y el bienestar de los consumidores debían aportar el número de unidades en la economía; El Estado sobre esto no tenía la menor palabra que decir.
Ojalá la 4T volviera a quitarle fuerza y fe a la planeación a cambio de un desempeño de la economía libre, que podrá ser corto, pero siempre superior al de las economías centralmente planificadas.