Publicado: noviembre 26, 2025, 11:30 pm
La bandera del Reino Unido estaba rasgada. Debajo, se encontraba la bandera de la Unión Europea y las alarmantes palabras: “¿Quién maneja este país? El 76% de nuestras leyes están hechas en Bruselas.” Rivales en la campaña de las elecciones europeas de 2014 denunciaron ese cartel del partido brexitero UK Independence Party, destacando que solamente un 14% de las leyes británicas en la época habían sido elaboradas por el Parlamento Europeo, según un análisis de la biblioteca del parlamento británico.
De poco sirvieron sus advertencias: UKIP, liderado entonces por Nigel Farage, ganó las elecciones al Parlamento Británico con 24 eurodiputados, un hecho que empujó al primer ministro británico David Cameron a conceder el histórico referéndum del Brexit.
Estos días, ese engañoso cartel suena peor todavía con la condena a 10 años y medio de cárcel de uno de esos ‘patrióticos’ eurodiputados, Nathan Gill, de 52 años, por estar “manejado” por un agente ruso. Gill, que también fue líder de la sección de Gales del nuevo partido de Farage, Reform UK, aceptó sobornos estimados de 45.000 euros por dar discursos y entrevistas favorables a las posiciones rusas en el periodo previo a la invasión completa de Ucrania.
“En lugar de velar por los intereses de sus electores y del Reino Unido, Gill se preocupó más por ganar dinero para sí mismo, vendiendo puntos de vista y opiniones que apoyaban las actividades del estado ruso en Ucrania que, como demuestra la actual guerra en Ucrania, son atroces”, dijo el comandante Dominic Murphy, jefe de la unidad contra el terrorismo de la Policía Metropolitana.
El primer ministro británico Keir Starmer y su Partido Laborista exigen que Farage, que en 2014 describió Putin como el político que él más admiraba “como operador, no como ser humano”, abra una investigación sobre los posibles enlaces entre Reform UK y Rusia.
Aunque múltiples fuentes han contado al periódico The Guardian que Gill fue cercano a Farage en su época como eurodiputado en Bruselas, y hay fotos de los dos juntos sonriendo, ahora el partido minimiza las relaciones con él, diciendo que lleva cuatro años fuera del partido y es “historia antigua”. “No es razonable manchar a Reform y a los millones de personas en el país que apoyan a Nigel y a nuestro partido”, dijo Zia Yusuf de UKIP.
Farage, quien ha descrito su antiguo compañero como “una manzana podrida”, dice que una investigación sobre los enlaces rusos y chinos con la política británica sería bienvenida. El caso reabre la preocupación sobre la inherencia del Kremlin en la democracia británica y europea, sobre todo porque Gill ofreció contactar con otros eurodiputados para convencerles de hablar a favor de Rusia.
Cómo nos recuerda el EUObserver en un análisis de las votaciones sobre resoluciones con implicaciones sobre Rusia, otros eurodiputados han sido acusados de recibir sobornos de Rusia y China, entre ellas la eurodiputada letona, Tatjana Ždanoka, que apoyo mucho el ‘procés’ catalan. Este año el Bundestag de Alemania levantó la inmunidad parlamentaria sobre Maximilian Krah, exeurodiputado del partido de la extrema derecha del AfD, para facilitar una investigación de supuesta corrupción y espionaje con China.
El caso de Gill se ha detectado en parte porque el FBI paró a Oleg Voloshyn, sospechoso de ser agente de Putin, en el aeropuerto Dulles de Washington en los Estados Unidos. Mensajes de Whatsapp entre él y Gil revelaron promesas de “regalos de navidad” y postales”, lenguaje de código para dinero.
Es importantísimo dotar a la policía europea, incluyendo la española, todos los medios necesarios para averiguar si hay más relaciones de este tipo.
