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El nuevo tratamiento circular de la industria cosmética

Publicado: abril 13, 2025, 11:52 pm

El sector español de la cosmética y el perfume está firmemente comprometido con la sostenibilidad y uno de los ámbitos donde esta transformación avanza con mayor impulso es en la innovación en ingredientes. Las empresas apuestan por formulaciones más responsables, reduciendo el uso de agua y energía en sus procesos y utilizando ingredientes más sostenibles desde el punto de vista ambiental y social. «La economía circular juega un papel creciente en la formulación de nuevos ingredientes cosméticos, especialmente a través de estrategias como el ‘upcycling’, que permite transformar subproductos y residuos de otras industrias en materias primas de alto valor», explican desde Stanpa, Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética. Por ejemplo, las cáscaras de frutas cítricas, como naranjas y limones, pueden transformarse en conservantes naturales gracias a sus propiedades antioxidantes. También los posos de café, que se reutilizan en exfoliantes o como fuente de antioxidantes beneficiosos para la piel. Otro ejemplo son los residuos de la producción de cerveza, como los granos malteados, ricos en ácidos grasos esenciales, que ayudan a regenerar la dermis. Estos ingredientes no solo reducen los desechos, sino que también aportan valiosos componentes naturales a los productos cosméticos, promoviendo la sostenibilidad y marcando un impacto positivo en el medio ambiente. Desde Feeling Innovation by Stanpa, la asociación para la innovación en perfume, cosmética y cuidado personal de Stanpa –reconocida como Agrupación Empresarial Innovadora (AEI) por el Ministerio de Industria–, se ha identificado este ámbito como una de las líneas prioritarias en su nuevo Plan Estratégico 2025-2028. Por ello, esta asociación organizó en 2024 una jornada técnica en colaboración con el CSIC para explorar las oportunidades que ofrece la biotecnología y la economía circular en el desarrollo de ingredientes con función cosmética. Asimismo, centros tecnológicos, que también trabajan estrechamente con Stanpa como AINIA, están desarrollando proyectos para la extracción de ingredientes bioactivos a partir de residuos agrícolas o redes de pesca, como son los casos de los proyectos Marea o EcoFISHent. En el caso del proyecto Marea II de Ainia, este se centra en el desarrollo de materiales avanzados para la microencapsulación de compuestos sensibles, utilizando materiales naturales biodegradables y biocompatibles. Su objetivo principal es crear microcápsulas que permitan una liberación dirigida a células específicas de la piel, mejorando la eficacia de los ingredientes activos en formulaciones cosméticas. En cuanto al proyecto EcoFISHent, esta iniciativa busca aprovechar los residuos de la pesca y la acuicultura para crear productos útiles y sostenibles. Por ejemplo, convierte subproductos como piel y espinas de pescado en suplementos alimenticios, cosméticos, fertilizantes, biopolímeros para envases, e incluso aceite para biodiesel. «El papel de la tecnología y la seguridad es fundamental en estos procesos: desde la caracterización molecular de los compuestos hasta su evaluación toxicológica y eficacia, aplicando estrictos estándares de calidad y cumpliendo con la regulación europea de cosméticos. Asimismo, la trazabilidad digital de los ingredientes es otra tendencia emergente que permitirá reforzar la confianza del consumidor y facilitar la transparencia», explican desde Stanpa. En esta línea, en el marco del proyecto Digipyc, impulsado por Feeling Innovation y Ametic, una de las áreas en las que se ha explorado el potencial de la digitalización ha sido el diseño, desarrollo e innovación de nuevos productos, ingredientes y fórmulas. Una de las líneas de este proyecto es la conversión de residuos o materiales que ya no se utilizan en productos nuevos y valiosos, usando herramientas digitales avanzadas como la impresión 3D, el diseño asistido por ordenador, y las plataformas colaborativas. Además de identificar residuos orgánicos para su posterior aprovechamiento, estas herramientas digitales también ayudan a las empresas a planificar de manera más eficiente, optimizar los recursos y colaborar con otros sectores. «Durante los workshops celebrados en abril de 2025, se han presentado soluciones basadas en inteligencia artificial para optimizar desarrollos desde la fase de diseño, facilitar la búsqueda semántica de nuevos ingredientes activos y evaluar el impacto ambiental o toxicológico de los compuestos en fases tempranas. Estas tecnologías permiten avanzar hacia formulaciones más seguras, eficientes y sostenibles, transformando los retos del sector en oportunidades reales de innovación», explican desde Stanpa. En cuanto a las empresas que ya están trabajando en esta línea, se encuentran Foosh (que une en su nombre las palabras food (comida) y fresh (frescura), y que reutiliza ingredientes naturales que aún conservan propiedades beneficiosas para la piel, pero que ya no tienen uso en su forma original. Su ingrediente estrella es la brisa de uva, extraída de viñas ecológicas, junto con el agua de arroz, que aportan antioxidantes esenciales a sus fórmulas. En el caso de Gskin, que pertenece al grupo La Cabine, han creado una marca de cosmética ‘upcycling’ certificada que reutiliza ingredientes como pieles de plátano, cáscaras de arroz olvidadas y flores que no cumplen los estándares de ‘perfección’. Otro buen ejemplo es Lamixtura, un proyecto de dos farmacéuticas emprendedoras cuyos productos de cosmética utilizan ingredientes 100% naturales, como semillas desechadas de maracuyá y aguacates demasiado pequeños para ser comercializados. En el caso de Natana, su apuesta por la economía circular, y su línea de investigación y desarrollo está enfocada en la obtención de activos naturales a partir de desechos. Su primer activo ‘natural upcycled’, ‘lees Concentrated’, se obtiene de las lías del vino, subproducto de la primera fermentación de la uva que queda en el fondo de los depósitos durante el proceso de fermentación de la uva en la elaboración del vino. A esos posos se les denomina lías y se utilizan como abono o se llevan a las industrias que extraen el alcohol residual. Estas lías, tras un proceso de estudio e investigación por parte de Natana, son extraídas, decantadas, maceradas y con un proceso totalmente natural se obtiene un concentrado que es el activo natural que posee propiedades antioxidantes y puede ser utilizado en cosmética. Las grandes empresas de cosmética y belleza han llevado el upcycling incluso más allá. Es el caso de L’Oréal, la empresa tiene un acuerdo con con la startup Clic Recycle para impulsar el reciclaje del cabello cortado en salones, que representa el 60% de los residuo. El cabello recogido puede ser utilizado de diversas formas innovadoras. Una de las aplicaciones es en la agricultura regenerativa, donde el pelo reciclado se utiliza para elaborar mantillos. Estos mantillos tienen propiedades beneficiosas para el suelo, como la retención de humedad y la protección contra la erosión. Además, el cabello cortado se recicla también para la creación de redes biodegradables, que se utilizan para limpiar aceites, hidrocarburos y metales pesados en puertos, ríos y mares. En este sentido, un kilo de cabello puede absorber hasta 8 litros de aceites y petróleo. «En L’Oréal entendemos la sostenibilidad no solo como una responsabilidad, sino como una oportunidad para reinventar el valor de los recursos. Nuestra alianza con Clic Recycle ejemplifica el poder del upcycling: transformar el cabello cortado en soluciones que regeneran suelos o contribuyen a la limpieza de ecosistemas acuáticos. Este proyecto encarna nuestra visión de una belleza que no solo cuida de las personas, sino también del planeta, impulsando una economía más circular, regenerativa y con propósito», explica Delia García, directora de Sostenibilidad e Impacto Positivo de L’Oréal.

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