Publicado: marzo 15, 2025, 4:30 am
Los avances de Rusia en Ucrania han intensificado su ritmo en los últimos días. Desde las trincheras de Donetsk hasta la región fronteriza de Kursk, el Ejército ruso ha logrado progresos significativos, mientras que las fuerzas ucranianas siguen luchando por mantener su presencia a pesar de los avances de las tropas del Kremlin. Todo ello mientras continúan las conversaciones para un alto el fuego propuesto por EEUU.
El domingo, las tropas rusas consolidaron su presencia en el este de Ucrania con la captura de Konstantinopil, una localidad clave al este de Kurájove, antiguo bastión del Ejército ucraniano en la región de Donetsk. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, la operación formó parte de una ofensiva más amplia para afianzar el control sobre el territorio y acercar sus fuerzas a Pokrovsk, un importante nudo logístico ucraniano.
La caída de Konstantinopil amplió la línea de frente rusa, pero también fortaleció su avance hacia la frontera administrativa de la región de Dnipropetrovsk. Con esta conquista, Rusia aumentó a cinco el número de localidades tomadas en Donetsk durante la última semana en su esfuerzo por consolidar su dominio sobre las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, anexionadas en 2022.
Rusia recupera el 86% de Kursk
Tres días después, el presidente ruso, Vladímir Putin, visitó por primera vez la región de Kursk, donde las tropas rusas llevaban semanas avanzando territorio en manos de los ucranianos. Desde el puesto de mando de las fuerzas rusas, el mandatario ordenó la eliminación definitiva de cualquier presencia ucraniana en la zona.
«Confío en que todas las misiones que tienen por delante nuestras unidades de combate se completen incondicionalmente y que el territorio de la región de Kursk quede completamente liberado del enemigo en un futuro próximo», declaró Putin.
El jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, detalló que las fuerzas rusas ya habían recuperado el 86% del territorio que el Ejército ucraniano ocupó tras su incursión en agosto de 2024. En los últimos cinco días, las tropas rusas habían recuperado 24 localidades y 259 kilómetros cuadrados de territorio, según afirmó Guerásimov.
Según la prensa rusa, parte de las tropas ucranianas fueron sorprendidas por la ofensiva y tuvieron que retirarse o rendirse. En un movimiento inesperado, las fuerzas rusas lograron infiltrarse en la retaguardia enemiga utilizando 14 kilómetros de tuberías del gasoducto Urengói-Pomari-Uzhgorod.
Asimismo, Rusia comunicó el jueves la liberación de Sudzha, junto con las localidades de Melovói y Podol. Con esto, las fuerzas rusas aseguraron haber recuperado prácticamente todo el territorio de Kursk, aunque advirtieron que continuarían combatiendo hasta expulsar completamente a las tropas ucranianas.
Ya el viernes, las autoridades rusas anunciaron nuevos avances en su contraofensiva con la toma de la localidad de Goncharovka. «Unidades del grupo militar Norte han liberado la localidad de Goncharovka, en la región de Kursk, en el marco de sus operaciones ofensivas», aseguró el Ministerio de Defensa a través de su cuenta en Telegram.
Ucrania niega que Rusia haya cercado sus tropas
Desde el otro lado del frente, Ucrania ha rechazado la versión rusa sobre los avances en Kursk. «Los informes sobre el supuesto ‘cerco’ del enemigo a las unidades ucranianas en la región de Kursk son falsos y fabricados por los rusos para manipular políticamente y ejercer presión sobre Ucrania y sus socios», informó el Ejército.
Según su comunicado, las unidades ucranianas se han retirado con éxito a posiciones defensivas más ventajosas y siguen repeliendo los ataques de Rusia, pero no se enfrentan a ninguna amenaza de cerco. «A pesar del aumento de la presión del Ejército ruso-norcoreano, mantendremos la defensa en Kursk mientras sea apropiado y necesario», afirmó el comandante en jefe ucraniano Oleksandr Sirski.
En las últimas horas, el propio presidente de EEUU, Donald Trump, ha hecho también referencia a la situación en el campo de batalla, asegurando que «miles de militares ucranianos están completamente rodeados por el Ejército ruso», llegando incluso a pedir al presidente Putin que «les perdone la vida».
En este sentido, Putin declaró este viernes que una de sus condiciones para aceptar el alto el fuego es la rendición de las fuerzas ucranianas presentes en la región rusa de Kursk. «En caso de que depongan las armas y se rindan, a las tropas ucranianas en la región de Kursk se les garantizará la vida y un trato digno de acuerdo con las normas del derecho internacional y las leyes de la Federación Rusa», dijo en una reunión con el Consejo de Seguridad ruso.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron en agosto un sorprendente contragolpe en esta región rusa, y llegaron a tener bajo su control unos 1.200 kilómetros cuadrados de territorio y más de un centenar de localidades. Durante los últimos meses, sin embargo, las fuerzas ucranianas han ido perdiendo terreno. La Inteligencia militar británica estima que apenas controlan una tercera parte de lo que llegaron a tomar y Rusia da incluso la contraofensiva por derrotada.
