Publicado: abril 14, 2025, 4:30 am
El helicóptero accidentado en Nueva York que cayó sobre el río Hudson el pasado jueves acabando con la vida de cinco miembros de una familia española y del piloto de la aeronave se encontraba realizando en ese momento el octavo vuelo de día tras haber completado otros siete vuelos anteriores satisfactoriamente. Además, no disponía de caja de negra.
Así lo han asegurado este domingo las autoridades de Nueva York, que han dado más detalles de lo ocurrido. Según detalla el diario estadounidense New York Post, la Junta Nacional de Seguridad ha confirmado que el helicóptero Bell 206 L-4 había realizado siete vuelos previos el mismo día del accidente.
Según han confirmado, además, esta aeronave no llevaba ningún registro de incidencias, ya que no contaba con ninguna caja negra, ni con grabadoras de vídeo, así como tampoco con cámaras a bordo. De igual forma, tampoco se ha podido recuperar ninguna información de audio que se haya registrado durante el vuelo.
Pese a ello, las autoridades han confirmado que sí han recuperado ya gran parte del helicóptero como el fuselaje principal, incluyendo la cabina de mando y la cabina de pasajeros, la parte delantera del tubo de cola, las aletas del estabilizador horizontal y la aleta vertical.
Precisamente, tras su extracción del río, todos estos restos están siendo transportados a laboratorios de la Junta Nacional de Seguridad ubicados en Washington DC para ser investigados, ya que las autoridades aún no han determinado las causas del accidente. Por otro lado, los buceadores del Departamento de Policía de Nueva York continúan buscando el rotor principal, la caja de engranajes y gran parte del brazo de cola.
En las últimas horas se ha sabido además que el helicóptero experimentó problemas en los meses previos con su conjunto de transmisión. El organismo de transportes, asimismo, ha revelado que fue el pasado 1 de marzo cuando la aeronave pasó la última inspección importante.
El helicóptero se encontraba este jueves realizando un viaje turístico por el río Hudson cuando cayó violentamente desde el aire sobre el agua. Además del piloto, Sean Johnson, que acumulaba 800 horas de vuelo, murieron en el acto dos directivos de Siemens España, Agustín Escobar y Mercé Montal, así como sus tres hijos, Agustín, de 10 años, Mercedes, de 8 y Víctor, de 4 años.