Publicado: marzo 7, 2025, 2:00 am
Según los expertos en psicología, existe un hábito muy sencillo de llevar a cabo, que nos va a proporcionar la felicidad necesaria en apenas 5 minutos, si nos proponemos tenerlo presente en este año 2025. Y es que el tiempo es el verdadero lujo de una sociedad multitarea, en la que los ciudadanos vivimos sobreestimulados y sin un segundo para hacer todas las tareas que nos quedan pendientes cada día, así como aquéllas que nos van a hacer felices.
Uno de los problemas que nos causan mayor ansiedad, aunque pudiera parecer paradójico, es precisamente el tiempo que no encontramos para hacer eso que tenemos en la lista de ‘pendientes’. Lo que no hacemos nos provoca angustia y cansancio mental, algo que se va acumulando sin que nos demos cuenta, y que tiene fácil solución según la psicología.
Un hábito diario sencillo para devolvernos la felicidad perdida
Al fenómeno por el cual recordamos con mucha mayor intensidad las tareas que quedan pendientes, que las que hemos concluido con éxito, los profesionales de la salud mental lo denominan ‘efecto zeigarnik’. Se trata de un trastorno que genera una alerta permanente hacia todo aquello que ha quedado sin hacer, y que nos puede bloquear para avanzar en otras misiones.
En este contexto, los psicólogos nos aconsejan dedicarle unos minutos a ir resolviendo estas cuestiones. Podemos ir haciéndolo poco a poco, pero el hecho de sentir que avanzamos en su resolución ya nos elimina esa presión incómoda y la ansiedad, y nos va devolviendo poco a poco a un estado de felicidad necesario.
Ir tachando tareas pendientes, completas o por partes (con microtareas de 5 minutos), va a conseguir que nuestro cerebro libere dopamina, que es la hormona que se relaciona con la sensación de recompensa. Y es que aliviar lo que hemos estado postergando va a aligerar el peso de la culpa y a hacernos sentir más felices. Al sentirnos recompensados, vamos a querer seguir desbloqueando tareas y, con ello, la solución a la angustia estará en marcha.
Así funciona en nuestro cerebro el ‘efecto zeigarnik’
La primera científica que identificó de manera profesional este fenómeno, el de sentirse cansado sin una causa que lo haya provocado, ni un esfuerzo físico que lo justifique, fue la psicóloga rusa Bliuma Zeigarnik, a comienzos del siglo XX. La experta partía de la premisa de que los camareros recuerdan mejor los detalles de los pedidos que aún no se han pagado que aquellos que ya han cobrado y concluido.
Esto se traduce en que los seres humanos ponemos el foco emocional y mental, sobre todo, en las tareas inacabadas: nuestro cerebro invierte gran parte de su energía en lo que aún no hemos hecho, y eso tiene como consecuencia un cansancio crónico significativo. El efecto del que hablamos nos va desgastando mentalmente, y sentimos cansancio por lo que no hemos hecho.
En una sociedad sobreestimulada, sucede que lo que más nos cansa no es lo que hacemos, sino todo lo que nos queda pendiente: las decenas de mails que aún no hemos podido leer y contestar, la organización de las vacaciones, y todo lo que cada día deberíamos afrontar pero no nos sentimos capaces de hacer, para recuperar parte de la energía perdida.
Para solucionar este problema, los expertos sugieren ir priorizando nuestras tareas pendientes, eliminando las que realmente no son imprescindibles sin dejarnos llevar por las presiones sociales; dedicar unos minutos cada día a ir aligerando esos asuntos inacabados; y cuidar la alimentación y el ejercicio físico para afrontar la jornada con todas las herramientas físicas y emocionales a nuestro alcance.
