Se llama Mariann Budde, es la obispa de Washington y ha plantado cara a Donald Trump y las políticas que pretende instaurar. Fue este martes durante el servicio religioso que con cada investidura de un nuevo presidente de EEUU se celebra en la catedral de Washington.
Trump asistió a la ceremonia junto a la primera dama, Melania Trump. Desde la primera fila, ambos escucharon en silencio y con gesto solemne los rezos, las melodías del órgano y los cantos, incluido un Ave María. A su lado estaban el vicepresidente, J. D. Vance y su esposa, Usha.
Entonces, Mariann Budde pidió a Trump y Vance en su sermón tener «misericordia» con «los gais, lesbianas y niños transgénero», así como por los que «recogen cosechas y limpian oficinas; los que lavan platos en un restaurante o los que hacen los turnos de noche en los hospitales».
«Puede que no sean ciudadanos o puede que no tengan la documentación apropiada, pero la gran mayoría de los inmigrantes no son criminales«, le espetó Budde, ante la incómoda mirada de Vance, que en un momento buscó a Trump. Unas palabras que llegan después de que el presidente declarase la emergencia nacional en la frontera con México y de su promesa de instaurar medidas drásticas contra la inmigración.
La obispa también se refirió implícitamente a las palabras que Trump pronunció durante su investidura y que evidenciaban que no apostará por políticas de diversidad de género. «La política oficial del Gobierno de los Estados Unidos será que solo existen dos géneros: masculino y femenino«, señaló entre aplausos de los suyos.
«Déjeme hacer un último ruego, por favor, señor presidente. Millones han puesto su confianza en usted, y como dijo ayer a la nación, usted ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Dios, le pido que tenga piedad de las personas de nuestro país que tienen miedo ahora. Hay niños gais, lesbianas y transexuales en familias demócratas, republicanas e independientes. Algunos temen por sus vidas», afirmó Budde.
Al regresar a la Casa Blanca, los periodistas preguntaron a Trump sobre el sermón de la obispa y el presidente de Estados Unidos dejó claro su descontento: «No ha sido muy emocionante, ¿verdad? No pienso que haya hecho un buen servicio, no. Podría haberlo hecho mucho mejor», dijo. Elon Musk, asesor de Trump durante esta legislatura, fue más allá en su red social, X, y afirmó que Budde «ha contraído el virus woke«.