Publicado: octubre 3, 2025, 12:30 am
El acuerdo de divorcio entre Nicole Kidman y su marido, Keith Urban, contiene un peculiar acuerdo de custodia de sus dos hijas, de 17 y 14 años, así como una cláusula millonaria prenupcial.
La demanda de divorcio se presentó el pasado 30 de septiembre en Tennessee, con Kidman como solicitante y la fórmula habitual de las «diferencias irreconciliables», aunque ya había un acuerdo de custodia hacía semanas. Él lo firmó a últimos de agosto y ella a primeros de septiembre. Un dato que deja claro que la decisión de romper había sido muy meditada.
La revista People ha recogido todas las medidas: Nicole Kidman estará con sus hijas 301 días al año, mientras Keith Urban disfrutará de ellas los 64 restantes. El tiempo se reparte en fines de semana alternos y el Día del Padre, además de las vacaciones de primavera de los años pares, para él.
Las dos hijas, Sunday Rose y Faith Margaret, pasarán todas las navidades con su madre que caigan en años impares. Durante los pares, se repartirán los días con sus progenitories. Una decisión firmada por ambos y que, según los medios, ambos han buscado para que las niñas mantengan su vida cotidiana lo más parecida hasta ahora.
El acuerdo prenupcial firmado en 2006, cuando se casaron, evitaba un escenario de guerra económica abierta. Tras el divorcio, ambos mantienen sus cuentas bancarias e inversiones de manera separada, así como sus bienes de propiedad intelectual.
El convenio que ambos han firmado está tan detallado que incluye el reparto de sus tarjetas de fidelización de hoteles o aerolíneas, lo que deja claro también que llevaba trabajándose en él un tiempo.
Un apartado del contrato prematrimonial establecía que Nicole Kidman debía pagar a Keith Urban 600.000 dólares por cada año que él permaneciera sobrio desde que ingresó en rehabilitación en 2006. Una cláusula insólita.
Los cálculos que circulan en la prensa apuntan a que Urban podría recibir en torno a 11 millones de dólares en virtud de este pacto, aunque no es algo que se haya incluido en el acuerdo de divorcio, que parece cerrado y firme.