Publicado: abril 16, 2025, 9:54 pm
Los contratos fijos discontinuos siguen sembrando dudas sobre la realidad laboral en España. La falta de transparencia de l a vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda DÃaz , con esta fórmula estrella de la reforma laboral se mantiene tres años después de que entrara en vigor la nueva norma y provoca que mes a mes se multipliquen las preguntas sobre el empleo que se genera en nuestro paÃs desde organismos públicos y privados. Cuántos están activos, cuántos no, a qué sectores pertenecen… los datos no están disponibles pese a que el principal grupo de la oposición le ha requerido los datos en el Parlamento a DÃaz en más de una decena de ocasiones. La callada ha sido la respuesta . Desde que en diciembre de 2022 la ministra contestara a una pregunta parlamentaria del PP que existÃan 443.000 fijos discontinuos sin empleo no contabilizados como parados, nada se ha sabido de su desglose (los que están activos y los que no). La negativa tiene sus consecuencias, teniendo en cuenta que desde que DÃaz y los agentes sociales sellaron los cambios laborales el uso de esta fórmula contractual intermitente se ha disparado, condicionando cada mes las estadÃsticas de empleo y arrojando dudas sobre su fiabilidad. A finales de marzo habÃa 872.763 afiliados medios y en el mismo mes de 2022, justo antes de que entraran en vigor las nuevas modalidades de contratación que trajeron los cambios laborales, no llegaban a los 400.000. Significa esto que en estos dos años se han duplicado con creces los trabajadores que tienen este contrato, muy usado en el campo y en la hostelerÃa . ¿Cúal es el problema? Los fijos discontinuos no están siempre trabajando, registran periodos de inactividad en los que, en algunos casos, cobran el desempleo, pero no aparecen reflejados en la lista de paro porque se consideran demandantes de empleo ocupados. Por tanto, mientras tienen actividad contabilizan como afiliados y cuando no la tienen no aparecen como dados de alta, pero tampoco como parados. Un escenario que preocupa a los economistas. El Banco Central Europeo (BCE), el Banco de España cuando Pablo Hernández de Cos estaba al frente, y organismos como Fedea o el servicio de estudios del BBVA han pedido transparencia al Gobierno para también poder evaluar el impacto de la reforma del mercado de trabajo. Buscar hoy esa transparencia con los datos oficiales es misión imposible. Ninguna de las tres fuentes que se utilizan como referencia para tomarle el pulso al mercado laboral, el paro registrado, que ofrece cada mes el Ministerio de Trabajo, las afiliaciones a la Seguridad Social y la EPA arrojan luz sobre los fijos discontinuos, sus entradas y salidas del mercado de trabajo, sus periodos, por tanto, de actividad e inactividad. La estadÃstica del Servicio Público de Empleo permite conocer los demandantes de empleo con relación laboral, es decir, aquellos trabajadores con contrato en vigor que se inscriben en el paro para solicitar un puesto de trabajo . En marzo fueron 1.260.088. Esta rúbrica incluirÃa a los trabajadores fijos discontinuos en fase de inactividad que buscan un empleo complementario, pero también a los que tienen la misma expectativa y están afectados por un ERTE, los ocupados que cobran prestación y las personas en trabajos de colaboración social… de todo ello se deducirÃa, según los analistas laborales, que son unos 800.000 los trabajadores fijos discontinuos sin empleo que sumados a los parados llevarÃan la cifra de parados por encima de 3,3 millone s. Yolanda DÃaz recuerda que la contabilidad estadÃstica de estos contratos es la misma desde 1985 y que si ahora los fijos discontinuos no aparecen en las listas de paro antes, con el PP, tampoco. Lo que olvida la vicepresidenta es que ahora el escenario es bien distinto, con unas reglas de juego diferentes. El contrato temporal se ha limitado drásticamente , a un máximo de un año, en favor de los indefinidos y dentro de ellos el protagonismo se lo ha llevado el fijo discontinuo, que hasta entonces no era, precisamente, la estrella del mercado laboral. La gran diferencia con el temporal es que cuando su uso en trabajos estacionales finalizaba los trabajadores iban al paro; los fijos discontinuos no tiene por qué. Lo que hizo la última reforma del mercado de trabajo fue cambiar de casilla el impacto de la temporalidad en el empleo. Los trabajos que antes eran estacionales lo siguen siendo y lo único que ha cambiado es que el tipo de contrato que se realiza a los trabajadores con un empleo estacional es ahora estable . Y que en algunos supuestos se trata de fijos discontinuos, que tienen garantizada la vuelta al empleo tras el periodo de inactividad. Lo que ocurre con estos trabajadores sigue siendo, por tanto, un misterio sin resolver, que expertos laborales han intentado desvelar o, al menos, aproximarse, como Randstad Research , que los sitúa en al menos 800.000. Es una cifra, como ya informó este diario, que no refleja el total de personas que estén contratadas con esta modalidad y no trabajen en este momento. El cálculo se elabora ajustando el número de parados registrados (2,5 millones en la actualidad) con los que denominan como ‘paro efectivo’, al incluir a otros demandantes de empleo. De la diferencia entre ambas cifras, se puede estimar cuál es el número de fijos discontinuos parados. Pero no son todos, sino solo los que han decidido inscribirse en el SEPE, lo que no siempre ocurre.