Publicado: junio 7, 2025, 7:30 pm
Autodenominado «Fuerzas Populares de Gaza», el nombre del clan de Yasser Abu Shabab ha cobrado notoriedad en las últimas semanas: el grupo, de entre 200 y 300 miembros que opera en el sur de Gaza, ha sido identificado como la milicia paramilitar yihadista respaldada por Israel para debilitar a Hamás como fuerza hegemónica en Gaza, una estrategia reconocida por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Según apuntan medios y analistas internacionales, el clan, originario de Rafah, ha extendido sus operaciones por el sur de la Franja, llegando a la ciudad de Jan Yunis. En sus publicaciones en redes sociales, el grupo se describe como una fuerza de reacción popular legitimada por «el dolor y la dignidad del pueblo, la sangre de los mártires y la firmeza del pueblo» gazatí.
Se denominan enemigos de «la ocupación» israelí y tachan de «falsa» la acusación de cooperar con las fuerzas israelíes, mientras instan a Hamás a rendirse y «alcanzar una solución» para acabar con la crisis humanitarias. Sin embargo, voces como el exministro de Seguridad israelí, Avigdor Lieberman, apuntan a conexiones con redes yihadistas, señalando sus vínculos con el Estado Islámico.
Su líder, Yasser Abu Shabab, aparece no solo como el líder, sino como el principal símbolo del grupo: su foto ataviado con un chaleco militar y un kalashnikov figura en todos los perfiles oficiales de la banda. Se trata de un ‘viejo enemigo’ de Hamás, que lo encarceló anteriormente por narcotráfico, y se cree que su hermano fue ejecutado por la milicia palestina tras atacar convoyes de ayuda humanitaria de Naciones Unidas. Hamás, de hecho, ha intentado asesinarlo en repetidas ocasiones.
De unos 30 años de edad, se sabe que proviene de una familia beduina de Rafah, en el sur de Gaza, y que es una figura reconocida, influyente y bien relacionada entre los clanes y los grupos de su área. El hecho de haber sido visto en movimiento con total libertad por Rafah, una zona militarizada bajo control israelí, sería una señal inequívoca de la cooperación de su grupo y las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI).
Enemigos de Hamás y «movilizados» por Netanyahu
Más allá de Hamás, que gobierna con mano de hierro la Franja de Gaza desde 2007, los clanes o ‘hamulas’ estructuran la sociedad y la cultura gazatí. Se trata de grupos enraizados de gran tamaño, cuyo núcleo se estructura en torno a una o varias familias, y que desde hace décadas (especialmente tras la retirada de Israel de la Franja en 2005) han actuado como agentes importantes en el enclave en diferentes actividades como el contrabando, la protección (o el saqueo) de ayuda humanitaria o el tráfico de armas.
Hamás controla de facto o mantiene a raya las operaciones de muchos de los grandes clanes, pero otros, como el de Abu Shabab, operan libremente enfrentados con la milicia palestina. En las últimas semanas, el clan se ha reforzado notablemente y ha intensificado sus operaciones en el sur de la Franja, «movilizados» por orden de Netanyahu y con el apoyo de las fuerzas israelíes. En fotos publicadas por el propio grupo —que utiliza sus nuevos perfiles de Twitter y Facebook como «oficina de prensa»— se pueden ver vídeos e imágenes de sus milicianos con uniformes que portan la bandera palestina y el emblema «Mecanismo Antiterrorista».
Sin embargo, se sabe que el grupo ha participado recientemente en ataques a convoyes de ayuda humanitaria de la ONU. En noviembre de 2024, el propio Abu Shabab reconoció los ataques en una entrevista telefónica al The Washington Post, asegurando que «Hamás nos ha dejado sin nada», desmintiendo que robasen «nada de comida, tiendas de campaña o provisiones para niños».
Según explica el investigador del think tank European Council of Foreign Affairs (ECFR), Muhammad Shehada, el clan de Abu Shabab actúa contra convoyes humanitarios de la ONU con el beneplácito de Israel, participando también en misiones de reconocimiento en nombre de las FDI y protegiendo de posibles ataques de Hamás los envíos de ayuda humanitaria de la Gaza Humanitaria Foundation (GHF), cuya distribución y zonas de reparto están controladas por Israel de forma militarizada. Además, el grupo de Abu Shabab estaría colaborando con Israel para, utilizando alimentos y ayuda saqueados, atraer a la población civil a zonas del este de Rafah y permitir a las FDI impulsar sus operaciones en otros territorios.
Los clanes, Israel y la estrategia de los «Cinco Dedos»
Según los analistas del ECFR, impulsar estos clanes en Gaza para socavar la autoridad y el poder de Hamás —que acusa un desgaste de legitimidad entre los gazatíes, con protestas en su contra duramente reprimidas— sería el primer paso de una estrategia que Israel baraja para la Franja una vez terminada la guerra y derrocada Hamás.
Serían estos clanes, fuerzas contrarias a Israel pero desmovilizadas y, en ocasiones, enfrentadas entre sí, los encargados de administrar las zonas en las que quede dividida la Franja —el gran objetivo de la estrategia de los «Cinco Dedos» por la que Israel dividirá el territorio en cinco zonas conectadas por corredores— y de coordinar la distribución de ayuda, gobernar y reconstruir el territorio, sostienen los expertos.
Es una de las opciones estudiadas por los servicios de seguridad israelíes y que Israel podría barajar para el futuro de Gaza tras la guerra, con la cooperación de empresas extranjeras que podrían gestionar asuntos civiles y humanitarios en la Franja en el futuro.