Publicado: febrero 11, 2025, 5:05 pm
En San Pablo, tierra de parabienes esta temporada en verdiblanco, sólo el anfitrión festeja. La buena costumbre instalada por el Betis Baloncesto se mantiene una jornada más. Cada victoria es la vida. Llena el tanque de energía y moral. La de esta noche, facturada no sin trabajo ni sufrimiento ante el Grupo Alega Cantabria , le permite afianzarse en la cuarta plaza y desquitarse de la derrota de la primera vuelta en el Vicente Trueba, la primera vez que la esforzada tropa de Gonzalo García de Vitoria hincó la rodilla. Luego lo ha hecho cuatro veces más, pero todas ellas a domicilio, porque en San Pablo mantiene su idilio con el triunfo. Hasta que dure la racha, bien hará en disfrutarla porque cada victoria de este equipo tan asaeteado por las lesiones y las sanciones (a Radoncic le queda aún un partido más que cumplir) tiene mucho valor. El armónico cuarteto perimetral conformado por Hughes, Benite, Renfroe y Cvetkovic (65 puntos reunieron) le puso la banda sonora a esta nueva alegría que quiso evitar por todos los medios el hispano-colombiano Atencia , al que el Betis no le renovó el contrato temporal de un mes de duración. En su vuelta a San Pablo, sorprendió con una actuación hiperbólica, con 30 puntos y seis triples que no le bastaron a su equipo frente al reparto más coral del anfitrión. Con la lección aprendida irrumpió en escena el Grupo Alega Cantabria . En el descorche del partido se evidenció que tenía bien estudiado al rival. Y no sólo por el duelo de la primera vuelta sino porque su nuevo técnico, Lolo Encinas, ya se había medido a los verdiblancos en San Pablo con el Real Valladolid. Scouting hecho. Apretó en la defesa de la línea exterior y así obturó la principal vía de suministro del Betis, el triple, obligándolo a tirar de calidad y acciones individuales para sumar. Renfroe, Benite y Hughes, qué dos mates estruendosos los suyos, escanearon la defensa y aceptaron el reto del respondón Grupo Alega, que subió sus prestaciones desde la salida a pista del exverdiblanco Atencia. Daba la sensación de que el Betis quería abreviar demasiado los ataques y así extravió varios balones , porque las prisas son malas consejeras y la potencia sin control de nada sirve, pero afortunadamente se mantuvo firme en el rebote defensivo, que tampoco los invitados atacaban. Con las cartas del primer cuarto encima de la mesa (18-16), el Betis ya sabía que tendría que picar piedra para tumbar la resistencia cántabra. Nada más arrancar el segundo segmento, Jelinek erró dos triples que no suele fallar, desde la esquina izquierda. Sin tiro exterior, la vida es para el Betis una permanente cuesta de enero. Su pobre serial hasta ese momento (1/11) lo obligaba a explorar otras vías de producción. Anotaba en el juego de dos por dos, en penetraciones de Hughes, Benite y Cvetkovic, que asumió el protagonismo de las maniobras ofensivas. Fue el serbio quien firmó los diez primeros de su equipo (28-26) cuando el Grupo Alega no sólo creía en sus opciones sino que se envalentonó al abrir el grifo de los triples ( 28-29, tras diana de Rakocevic ). El partido tenía mucho ritmo e iba mucho más rápido que el de Pisuerga. Era el Betis un equipo asimétrico, alimentándose en exclusiva del talento y la capacidad de sus perimetrales. Un triple de Benite y otro mate de Hughes , el tercero en su cuenta, elevaba a seis la diferencia (35-29), que fueron nueve (41-32) cuando el equipo, hormigonado atrás, colapsó el ataque visitante y se explayó en la transición. Atencia, supermotivado, acudió al rescate de los cántabros, pero Benite respondía y Hughes se ponía en quince puntos para dejar en doce el colchón al receso (47-35). De los 47 puntos, 37 llevaban la rúbrica del tridente Hughes-Benite-Cvetkovic , los tres tenores del equipo de García de Vitoria. El autoritario dominio del rebote (21 capturas, nueve más que su rival, 16 en defensa) consolidaba la sensación de control local. Y que el mejor de los visitantes, Bulic, llevara sólo dos puntos a esas alturas era otro indicativo de que el plan estaba funcionando. Rubén López de la Torre, desde la línea de personal, ponía la máxima en la reanudación (49-35) y el Betis seguía atrás igual de sólido y disciplinado. Atrás, como tantas noches, estaban las llaves de la victoria. Bulic subía su cuarto punto posteando, pero en seguida DeBisschop se colgaba del aro explotando de nuevo el juego por parejas (51-37). No se amedrentó el conjunto cántabro, que enlazó otros dos triples replicados por, quién si no, Hughes. Que antes del reinicio bromeaba con Curro, el delegado, y tenía las muñecas ardiendo. Como Benite, cada vez más inspirado (57-43) . Los cántabros, a diferencia del primer tiempo, porfiaron por segundas oportunidades en el tablero bético, mostrándose mucho más agresivos. Ahí aportaron mucho menos de lo esperado Kasibabu y Tunde, que son especialistas defensivos. López de la Torre, en cambio, se fue hasta los nueve rechaces. Belemene redujo a diez (57-47); Bulic, desde el tiro libre, con el Betis en bonus, a ocho (57-49); y Atencia, a cinco con su cuarto triple (57-52). Parcial de 0-9 que se elevó hasta el 0-12 con la quinta daga del colombiano (57-55). El Betis, definitivamente, se había apagado, pero en dos chispazos, Tunde y Kasibabu lo reactivaron (61-55). Del tiempo muerto, parcial de 0-6 y partido igualado con el Betis en sus horas más bajas. Desde el 57-43, los verdiblancos encajaron un 6-18 (63-61) , con Atencia desatado (21 puntos) y sin nadie que lo defendiera, que lo ponía en un brete. Era la hora de Renfroe . Bandejita marca de la casa y triple con los pies rozando el suelo (68-61). No podía permitirse el Betis más licencias defensivas tras el 16-26 del tercer cuarto. Renfroe atizaba de nuevo de tres en el cara a cara con Atencia (71-63), que había mutado en una suerte de Stephen Curry y anotaba de todas las formas posibles. El solito, incandescente, mantenía con vida, con mucha vida, al Grupo Alega, que no desistía en su persecución . La respuesta bética a su osadía era el mazo. De Renfroe, Benite y Hughes, absolutamente iluminado (79-67), tan incisivo y voraz como Atencia, que clavó los 30 puntos. El partido era un puro descontrol y el Betis, especialista en bajar las pulsaciones y ponerle cloroformo a situaciones favorables, no ataba en corto a los cántabros y se precipitaba en ataque, perdiendo balones y regalando faltas. Demasiados nervios y no se entendía muy bien por qué. Hughes, fino estilista y volcánico esta noche, rebajaba la tensión . Y Rubén, desde el tiro libre (83-72) a 56 segundos, completaba el trabajo, luego orlado con un triple de Jelinek, para sellar una nueva victoria más en casa, donde el Betis Baloncesto se mantiene invulnerable.