Publicado: junio 9, 2025, 10:53 am
El Banco de España mete la tijera a su previsión de crecimiento económico para España de cara a este año y el siguiente. Concretamente, la institución estima que el PIB crecerá este ejercicio un 2,4%, tres décimas menos que lo calculado en marzo, y que en 2026 lo hará en un 1,8%, una décima menos. Todo ello justificado en la enorme incertidumbre que existe en estos momentos a nivel geopolítico, en particular con respecto a la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump. Así lo ha señalado el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá , durante su comparecencia en la Comisión de Economía en el Congreso de los Diputados, donde estaba llamado a dar cuenta del informe anual de 2024 y la dimisión del director general de Economía, Ángel Gavilán . Escrivá ha aprovechado su intervención para avanzar algunos datos que estaba previsto que se hicieran públicos mañana con la publicación del informe de previsiones de la organización, en la que iba a ser la última presentación de Ángel Gavilán. Escrivá ha explicado que estas previsiones están basadas en su escenario central con un grado de aranceles moderado entre Estados Unidos y China; también hacia la Unión Europea, pero sin represalias de esta. «Estamos en una situación extraordinariamente compleja, de excepcional incertidumbre», ha comentado. El gobernador recoge que esta situación de incertidumbre sobre lo que ocurrirá es «sin precedentes». Según la encuesta del Banco de España, la incertidumbre es el principal factor que está afectando a las empresas: un 30% declara estar afectada por los aranceles, y el 80% de las afectadas aseguran que la incertidumbre es un factor relevante. Una « menor contribución del sector exterior es lo que explica más esta desaceleración del crecimiento», ha indicado, para añadir que «asumimos que los niveles de incertidumbre se van a ir normalizando». En cualquier caso, Escrivá ha señalado que este escenario central tiene «muy poco impacto» sobre la economía española: revisión de tres décimas este año y de otra décima el siguiente. «Vamos a tener que comunicarnos más no solo a través de escenario central sino escenarios alternativos», ha destacado. Escrivá, de hecho, ha destacado que cuentan con un escenario adverso que dejaría el crecimiento este año en el 2% y en el 1,1% el que viene. En cuanto a la inflación, apenas hay modificaciones en sus proyecciones, apenas una ligera mejora para este año. Las nuevas previsiones del Banco de España apuntan a una tasa de inflación en 2025 del 2,4% , una décima menos que en marzo, mientras que en 2026 continuaría descendiendo hasta el 1,7%. Más allá de ello, el gobernador ha incidido en el problema estructural que afronta España con la deuda pública, más aún pensando en el margen que habría en caso de que viniera una nueva crisis. El endeudamiento público sigue por encima del 100% y la sostenibilidad de las finanzas públicas es algo que preocupa al Banco de España. « Esto es un elemento de vigilancia máxima . La perciptibilidad que se tiene (en los mercados) de la sostenibilidad de las finanzas públicas es fundamental», ha dicho Escrivá. Pero la deuda no es solo la única vulnerabilidad de nuestro país. El gobernador ha destacado también los cuellos de botella que se dan en el mercado de trabajo, con las incapacidades temporales creciendo, con las empresas sin poder casar la oferta de trabajo con la demanda y arrastrando un problema estructural de productividad. También la vivienda ha centrado parte de su intervención: «La prioridad tiene que ser activar la oferta». Y ha destacado que el ámbito inmobiliario para tratar de atajar los problemas en el mercado es algo que necesita el trabajo conjunto de las tres administraciones: central, autonómica y local.