La grandeza en los deportes de contacto es algo reservado para los más excelsos atletas. Sin embargo, esto no cae del cielo. Hay que pasar por mucho esfuerzo y sacrificio, por lo que solo aquellos con una verdadera fortaleza pueden llegar a lo más alto. Israel Adesnya sabe lo que esto. Además, sabe caer y volver a la cima . Ya lo ha hecho en la vida y en la UFC. Ahora vuelve a pasar por un momento bajo, pero el nigeriano está preparado para regresar a donde le corresponde en Arabia Saudí ante Nassourdine Imavov. Por primera vez desde 2019 peleará sin haber un cinturón en juego. Es un rey que vuelve a empezar desde abajo para recuperar su trono. Empezando por el principio, Israel Adesanya nace en Lagos, Nigeria en 1989. Allí comenzó a practicar taekwondo desde muy temprana edad, hasta que se partió un brazo y su madre decidió borrarlo. Al contrario que otros miembros de este deporte, la pobreza no fue el problema que imperó en la juventud del pequeño Adesanya. El infierno llegaría a sus 13 años, después de que su familia se mudara a Nueva Zelanda. Aquí, la mayoría de la población era de color blanca, por lo que la piel de Israel Adesanya fue lo que hizo de su juventud una tortura, al ser objeto de bullying. A pesar de lo esperable, este no incursionaría todavía en los deportes de combate, sino que se refugiaría en otras aficiones. Una de ellas fue el baile . Formó parte de grupos de break dance, llegando incluso a pensar en dedicarse a ello. Esta actividad ayudó a desarrollar su talento para las peleas, ya que el baile es uno de los mejores deportes complementarios a los de contacto, al otorgar coordinación, flexibilidad, juego de pies… Otro pilar que le hizo superar las sombras de su adolescencia fueron las series de anime como Naruto . Los valores que le aportaban dichas historias se le grabaron a fuego, dándole fuerza para continuar. Numerosas son las referencias que realiza a estas series durante sus combates. La decisión de querer volver a los deportes de contacto y dedicarse a ello vino a sus 18 años, motivado por las películas de Jackie Chan . Así comenzó en Muay Thai y a las seis semanas realizó su primer combate. Desde ese punto fue un no parar. Numerosas peleas en Nueva Zelanda y China en Muay Thai y kickboxing le hicieron destacar rápido. En Asia fue apodado como ‘ El Dragón Negro ‘ y su fama llegó a grandes niveles. Esto no es de extrañar, pues fue una gran estrella de la promotora Glory y su récord en kickboxing es de 75 victorias y 5 derrotas, formado entre 2010 y 2017. Pero esta disciplina no fue la única que Adesanya realizó. Lo compaginó con Muay Thai, boxeo y artes marciales mixtas (MMA), a las que fue adentrándose poco a poco. Su primera disputa en MMA fue en 2012 contra James Griffiths, al que venció por TKO. Su interés por el esta disciplina fue gracias a Anderson Silva , al que tenía como referente. Hizo una más en 2013 y no volvió a participar en esta modalidad hasta 2015, año en el que hizo tres peleas. En esta intermitente carrera de MMA, iba poco a poco mejorando su jiu-jitsu y lucha. Fue en 2017 cuando decidió transicionar por completo a las MMA, tras perder por segunda vez ante un desconocido Alex Pereira . En ese punto ya había acumulado un récord de 9-0 y una carrera plagada de éxitos en kickboxing. Esto hizo que con dos peleas más la UFC lo fichara. Debutó con el pie derecho noqueando a Rob Wilkinson. Esta fue la primera de una racha de nueve victorias seguidas, 12 en el peso medio. Otras tres víctimas pasaron por las manos del nigeriano hasta que la Araña (apodo de Anderson Silva) apareció. La compañía de Dana White vio claro el relevo generacional. La luz del histórico Anderson Silva se estaba apagando y Adesanya surgía como el legítimo heredero. Esto culminó en una pelea muy emotiva para ambas partes. Tras un espectacular encuentro entre ambos, Israel Adesanya venció a su ídolo, el cual cayó emocionado tras la contienda. La figura de The Last Stylebender (apodo de Adesanya) había explotado. Recibió la oportunidad de combatir por el título interino de la división ante Kelvin Gastelum, en una lucha legendaria que recibió los honores de pelea del año de 2019 . Se la llevó el nigeriano y ese mismo año unificó contra el campeón legítimo, Robert Whittaker. A este también lo noqueó. Luego de eso pasaron por sus manos Yoel Romero y Paulo Costa. Sin rivales en el horizonte y como un campeón consolidado probó suerte contra el, por aquel entonces, monarca del semipesado, Jan Błachowicz . Aquí cayó por decisión, poniendo fin a su invicto en MMA. Sin embargo, Adesanya volvió a recordar su pasado, la motivación y enseñanzas de las series que marcaron su vida y regresó por todo lo alto . «Perdí en kickboxing. Perdí en boxeo. Perdí en la vida. Perdí en el amor. La vida son victorias y derrotas. Vuelves con los golpes. Me quedé corto esta noche, pero todavía estoy aquí», comentó tras su derrota. Dicho y hecho, volvió al peso medio donde seguía sosteniendo su cetro y consiguió otras tres victorias, hasta que su bestia negra, Alex Pereira, apareció . La rivalidad entre ambos atletas viene desde el 2016 y desde distintos deportes. En kickboxing, el brasileño se llevó la victoria las dos veces que se enfrentaron. La primera fue una ajustada decisión en la que Adesanya se vio como ganador. Decidido a sacarse la espina, volverían a verse las caras en 2017. Esta vez, el nigeriano fue más agresivo, tenía claro que quería la victoria. De hecho, casi lo finaliza. No obstante, en el tercer round Pereira realizó una gran contra que le brindó al de Lagos su primer nocaut . Esta fue la última pelea de Israel Adesanya en kickboxing. Cuando este se convirtió en rey en la UFC, Poatan (apodo de Pereira) empezó a compartir el vídeo del KO en redes. Ante la falta de un oponente que pudiera frenar el dominio de Adesanya en las 185 libras, la UFC vio en el brasileño una oportunidad de revitalizar la división. Con un prematuro récord de tres victorias y una derrota, la compañía alistó en sus filas a Alex Pereira . Este tuvo un rápido ascenso. Tras tres triunfos recibió la oportunidad de enfrentar a su antiguo rival. Adesanya se mostraba listo para obtener su tan ansiada venganza, pero el destino tenía otros planes. Pese a que entraba en el quinto asalto con las tarjetas de los jueces a favor, el brasileño remontó. A falta de 40 segundos para el final de la contienda, Alex Pereira noqueó al nigeriano , que por primera vez caía derrotado en el peso medio. El marcador de ambos luchadores se quedaba en 3-0 a favor de Poatan , dos en kickboxing y una más en MMA. No importaba el deporte. Parecía que Pereira estaría siempre un escalón por encima. El ahora excampeón no dudó y pidió la revancha inmediata. Todo el mundo veía imposible su victoria, pero Adesnya no. Este no cedió, no se rindió a la adversidad y s alió adelante , como hizo durante toda su vida. Israel Adesanya acudió al UFC 287 mentalizado y listo para cambiar el curso de la historia. El combate no fue fácil, pues Pereira pareciera que tenía el control, pero todo era parte de un plan . En el final del segundo asalto el brasileño presionó contra la reja, pero Adesanya conectó una gran contra que apagó las luces de su oponente. Por primera vez derrotaba a su máximo rival . La emoción era palpable y la celebración no se hizo esperar, haciendo el gesto de lanzar tres flechas sobre Poatan, una por cada de derrota. Era el final perfecto, pero no sería el definitivo. Tras su impresionante victoria, la imagen de Adesnya se había revitalizado y estaba por los cielos. Su siguiente defensa sería contra Sean Strickland . Por el momento de forma del nigeriano y el estilo del estadounidense, el combate parecía un mero trámite. De hecho, este último había sido noqueado por Alex Pereira en el pasado. Pero en las MMA todo puede pasar. La UFC es la élite de la élite, por lo que el peor error de un peleador es confiarse. Esto le pasó al campeón. Strickland dominó por completo a un Adesanya que no se encontró en ningún momento, lo que protagonizó una de las sorpresas del 2023 . Poco después, el nigeriano reveló que no se preparó bien el duelo y que incluso había estado bebiendo al poco de la pelea. Así, decidió estarse casi un año sin competir. Regresaría en agosto de 2024, contra un nuevo monarca, Dricus Du Plessis . El choque se convirtió rápidamente en un enfrentamiento africano, por ver quien era el máximo representante. Aunque el excampeón lució competitivo, fue Du Plessis quien acabó imponiéndose por sumisión en el cuarto asalto. Ya son tres derrotas en sus últimas cuatro peleas, lo que evidencia que el mejor momento de forma del que fue uno de los campeones más dominantes de la UFC se está acabando . Su pleito contra Imavov será el primero para Adesanya sin título en juego desde 2019, algo que demuestra su exitosa carrera . A sus 35 años, de ganar podría intentar una última carrera al cinturón para retirarse por todo lo alto, pero de perder ya se alejaría, casi definitivamente del oro. Sin embargo, todo puede pasar, y más cuando el nigeriano se ha superado tantas veces.