El aislamiento intermitente de Leandro Palmar y Belices Cubillán - Venezuela
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El aislamiento intermitente de Leandro Palmar y Belices Cubillán

Publicado: julio 13, 2025, 3:00 pm

 

A un hombre que tiene una franela negra con una franja blanca en el pecho se lo están llevando a la fuerza, lo empujan hasta que lo suben a la parte de atrás de un camión de la Guardia Nacional. Un funcionario lo arrastra y otros más con armas y escudos lo rodean.

Por Sntp

El hombre reclama, intenta soltarse, no puede. Detrás de él van otros funcionarios que traen a otros detenidos agarrados de los brazos. A todos los suben a empujones.

Mientras, una mujer grita: “¡Se los están llevando!” y le hace señas a otras personas que están en el lugar para que ayuden: “¡Vengan, vengan!”, insiste. Nadie parece moverse. Nadie más quiere que lo detengan.

En ese grupo están el periodista zuliano, Leandro Palmar y su compañero fotógrafo y videógrafo, Belice Salvador Cubillán.

De ese momento han pasado seis meses . Era 9 de enero de 2025, tres días después de que Leandro cumplió 48 años y que lo celebró rodeado de su mamá, sus amigos y sus familiares. En una de sus redes sociales publicó un post en el que escribió: “48 años se dicen fácil, pero vivirlos no lo son, un día te caes y otro te levantas con más fuerza”.

La humildad y la solidaridad es lo que destacan de ellos sus amigos y compañeros. Tenían cuatro años y medio trabajando juntos en la conducción y producción de un programa de salud en la emisora de la Universidad del Zulia, LUZ Radio, y en ese medio Palmar era también el coordinador de información.

“Incluso en las coberturas más difíciles mantenían el buen humor, la comunicación efectiva, el apoyo, la palabra de aliento”, dice de ellos la doctora Dora Colmenares con quién compartían micrófono en la radio. “Para mi ha sido un honor trabajar con ellos”.

Y ese día de enero, justo cuando cumplían con su trabajo como periodistas y trabajadores de la prensa, los detuvieron por registrar y visibilizar lo que sucedía en el país, así como lo habían hecho tantas veces. Ese día, quienes los detuvieron y quienes dieron la orden, atentaron también contra la libertad de prensa y el derecho a la información.

En 2024, Leandro había ganado el premio municipal en la mención Periodismo Digital y también el premio regional de periodismo por su trabajo en la radio.

 

De ambos momentos hay registros en sus redes sociales, se le ve sonriente con sus colegas y amigos y escribió: “Un premio no determina quién eres, pero si te dice que lo estás haciendo bien”.

Belices, por su parte, había trabajado por años en el sector bancario, había tenido un emprendimiento que debió abandonar por la situación económica en Venezuela y fue entonces cuando comenzó a trabajar con fotografía y videos junto a Palmar.

Cuando los familiares y amigos de Leandro y Belices hacen un repaso de quiénes son, los definen como: trabajadores, responsables, solidarios y comprometidos. Esto lo cuentan en medio de la tristeza y también la indignación que sienten por la detención que califican no solo de injusta, sino de arbitraria.

Ahora ambos comparten celda con, al menos, 80 personas, en el Destacamento 111 de la Guardia Nacional en Maracaibo y tienen permitido que los visiten los sábados, pero solo pueden ir mujeres.

“La detención ha sido un impacto emocional y psicológico muy grande. Nos cambió la vida totalmente a sus mamás, a sus hermanos, a sus allegados y a sus amigos”, cuenta un familiar que prefiere mantener el anonimato. “Aquí todos tenemos miedo”, recalca otra persona allegada.

 

Todos coinciden en que no es mucho lo que saben sobre el estatus de ambos casos. El 12 de enero, tres días después de la detención les imputaron los delitos de terrorismo, incitación al odio, asociación para delinquir y alteración del orden público.

“Ellos fueron presentados en los tribunales penales de Maracaibo, fue vía telemática desde Caracas porque en Zulia no hay tribunal constituido como tribunal de terrorismo”, comenta un familiar

Sobre las condiciones en las que se encuentran Leandro y Belices, sus allegados destacan que están aturdidos, que viven condiciones de aislamiento intermitente y que les siguen negando el acceso a la defensa privada. La salud física y la salud mental es algo que les trastoca por el hecho de estar detenidos sin haber cometido delito, recalcan sus familiares.

“Las madres y los familiares están agobiados por la situación económica y los gastos en medicamentos, porque ellos son el pilar de ambas familias”, precisa Colmenares. La mamá de Belices les tiene que llevar todos los días el desayuno, el almuerzo y la cena para los dos.

Leandro y Belices son hombres de fe, aseguran quienes los conocen. Algunos están convencidos de que la oración los sostiene en el agobio. “Sabemos que la verdad no se detiene tras las rejas. Quienes estamos afuera seguiremos alzando la voz como bandera para defenderlos. No están solos”.

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