Publicado: julio 11, 2025, 2:30 am
Javier Rey me cita en el restaurante Lúa, su refugio gallego en Madrid, su «restaurante preferido en el mundo». Y es que, además de la comida exquisita, a él lo que le gusta es reunirse aquí con sus amigos, su anclaje con el mundo, es su gente: «Se echa de menos Galicia, la gente, la familia y amigos. Tengo el mismo grupo de amigos desde que soy pequeño y somos un grupo superunido».
En Noia vivió su infancia y creció subido a una bici, sin pensar que un día llegaría a ser actor. «El mundo no se ha perdido ningún ciclista, yo era un ciclista aficionado que no daba la talla, por eso soy actor. Soy una especie de deportista frustrado porque habría sido feliz prácticamente dedicándome a cualquier deporte», defiende.
Su llegada a la interpretación la describe como «un cúmulo de casualidades»: «Nunca fui un grandísimo estudiante, no sabía muy bien qué quería ser de mayor y, en ese impasse de tiempo en el que no sabes muy bien qué hacer y estás intentando encontrar algo que te guste… Lo descubrí por otra gente que se dedicaba esto o empezaba a dedicarse a esto, cortometrajes, teatro y demás y… fui cayendo ahí. Lo bueno es que entré sin ningún tipo de pretensión porque tampoco tenía ningún tipo de información».
«Me acuerdo de que, en mi primer estreno, viajó media Galicia hacia Madrid, incluso robaron carteles de la peli, y ahora mismo hay un estreno y de repente se normaliza», añade. Una carrera forjada poco a poco, sin prisas, primero con series en su tierra gallega y más tarde llegaron las grandes oportunidades, su papel de Sito Miñanco en la serie Fariña, que le dio a conocer al gran público: «Fariña llega en un momento donde ya llevo muchos años trabajando, donde ya he hecho multitud de personajes. Todo, cuando llega, llega por algo».
Y, de encarnar a un narco, a interpretar un agente de la guardia civil en la nueva serie que acaba de estrenar, La frontera. Una serie que transita en los duros años 80 cuando la banda terrorista ETA estaba más activa que nunca. «Además, es una historia reciente. Hemos decidido contar una historia de ficción en un marco de realidad, y esa mezcla creo que la hace necesaria, sobre todo para la gente joven, que no ha tenido la oportunidad de vivir esas sensaciones y que piensan que está más alejado de lo que realmente está, es un episodio de nuestra historia, para que se hagan preguntas y revisitar, buscar información, leer…», declara Javier Rey.
Han pasado 30 años desde entonces, no es tanto tiempo para lo que ha cambiado el mundo: «Hoy día hay una sobreinformación, hay demasiada gente opinando sobre demasiadas cosas, todo el mundo tiene informaciones relevantes que al final no lo son tanto. Es decir, hay mucho ruido y saber filtrar realmente las cosas que están ocurriendo es complicado. Yo creo que tenéis una responsabilidad en un momento muy complicado vosotros, que tenéis que contar la actualidad. Y cómo la contáis, la honestidad de lo que ocurre y cómo os enfrentáis a eso, es un trabajo muy difícil».
Habla con calma, sin prisas, nunca las ha tenido, quizá por eso está donde está, y siempre mirando a su faro, su tierra, a los suyos. «A Galicia hay que volver siempre, esa morriña… Creo que todos tenemos en el ADN la cosa de volver. Cuándo, depende de cada uno. No sé si para jubilarme, no sé si para morirme, no sé si dentro de un año, pero volver, volver es seguro».