Publicado: abril 26, 2025, 12:30 pm
Novak Djokovic no quiere pasar ni por la ducha antes de asistir a la conferencia de prensa. Tiene prisa y ganas de descansar, de resetear, de estar con sus hijos, que están en Madrid y olvidarse de estos dos últimos meses. No ha conseguido ser quien querÃa y sufre y sufre y sufre todo un ganador de 24 Grand Slams. Asume el paso del tiempo con sonrisa resignada y buen talante, impecable ante los micrófonos a pesar del palo de caer en el estreno en el Mutua Madrid Open y encadenar dos Masters 1.000 de tropiezos en el primer partido. Una nueva realidad. «Después de perder te sientes mal, pero he pasado por estas derrotas en primera ronda a lo largo del año, por desgracia. Iba a ser un partido difÃcil, es un gran jugador. Además, no he tenido muchos partidos en tierra, y aunque he entrenado bien, sé que no es lo mismo en un partido. Lo positivo es que he disfrutado más que en Montecarlo (donde perdió también en el debut, contra Alejandro Tabilo), pero el nivel no es el que me gustarÃa. Pero es lo que es», iniciaba su parlamento, resignado, humilde ante la realidad, esta nueva realidad que sufre desde hace un par de temporadas ya. «Las expectativas no eran muy altas al llegar aquÃ; querÃa ganar algún partido más de los que gané en Montecarlo. Es una realidad bastante nueva para mÃ: pensar en ganar uno o dos partidos. Ya ni siquiera en finales. Es una sensación completamente diferente a la que tuve en más de 20 años de tenis profesional, asà que es un reto mental para mà afrontar este tipo de sensaciones en la pista, saliendo temprano ahora con regularidad en los torneos. Es el cÃrculo de la vida», continuaba en la misma lÃnea. Algo que sabÃa que llegarÃa, pero que tiene que aprender todavÃa a entender. «Estoy intentando usar esto como motor para el futuro. Obviamente, los Grand Slams, como he dicho muchas veces, son los torneos más importantes para mÃ. Lo que no significa que no quiera ganar aquÃ, claro que sÃ, pero los Grand Slams son donde realmente quiero jugar el mejor tenis. No sé si podré hacerlo en Roland Garros, pero haré todo lo posible». Y en ese proceso está, de entenderse a sà mismo dentro de un contexto que ha cambiado mucho: el nuevo tenis, los rivales más jóvenes, la desaparición de sus grandes rivales… «Hace 20 años que no he vivido lo que estoy viviendo en los últimos 12 meses. Ya sabes, salidas prematuras, demasiadas. Pero es parte del deporte, y hay que aceptar las circunstancias e intentar sacar lo mejor de ellas para lo que venga. No puedo quedarme aquà quejándome de mi carrera ni nada, no lo haré. Pero es una sensación diferente que tengo que aceptar y afrontar de una manera distinta. Intento ser optimista y sé de lo que soy capaz. Pero, claro, las cosas son diferentes, obviamente, con mis golpes, con mi cuerpo, con mi movimiento; es la realidad la que tengo que aceptar. Intentaré aprovechar al máximo estas nuevas circunstancias, sobre todo en los Grand Slams, donde más me importa, al menos donde me gustarÃa dar lo mejor de mÃ. Asà que a ver qué pasa». El serbio, que ganó su último tÃtulo ATP en noviembre de 2023, en la Copa de maestros, pasó 2024 a la caza de otro Grand Slam, pero Sinner en la semifinal de Australia, una lesión en la rodilla en cuartos de Roland Garros, Alcaraz en la final de Wimbledon y Popyrin en tercera ronda del US Open lo dejaron sin premio. Eos sÃ, besó el oro olÃmpico en ParÃs 2024 que tanto ansiaba. A partir de tocar ese cielo, la bajada a los infiernos. «La presión es parte del deporte y nunca va a desaparecer, es solo un tipo de presión diferente. Pero cada vez que entro en la pista siento nervios, estrés, siento todo lo que supongo que sienten los demás jugadores, y también emoción. Asà que, aunque me gusta competir, todo esto se volvió un reto más desafiante para mÃ. Por supuesto, haré todo lo posible para el futuro». Y mira al futuro, a Roland Garros, su objetivo máximo y para el que habÃa llegado a Madrid, para intentar coger horas de vuelo en tierra batida. Y ni siquiera sabe cómo llegará allà después de todos estos meses a la deriva tenÃstica, fuera de la hoja de ruta que ha pasado en los últimos veinte años. «No llego a Roland Garros como uno de los principales favoritos. Quizás eso pueda ayudar, no sé, ya veremos». Lo que tampoco puede pensar en estos momentos es en otro Madrid. Lo que deja el aliento contenido porque quizá esta tarde del 26 de abril haya sido el último paseo de Djokovic por la caja Mágica: «PodrÃa ser. PodrÃa ser. No estoy seguro de si volveré. Asà que no sé qué decir. Es decir, volveré, aunque quizá no como jugador, claro. Espero que no, pero podrÃa ser que este hubiera sido mi último partido».