Publicado: septiembre 3, 2025, 10:19 pm

Vaduz, la capital del diminuto pero poderoso Principado de Liechtenstein, vivió el sábado 30 de agosto un día de gala. La princesa María Carolina de Liechtenstein, nieta del príncipe soberano Hans-Adam II, contrajo matrimonio con el venezolano Leopoldo Maduro Vollmer en una celebración que combinó solemnidad, tradición y un aire cosmopolita.
Por: La Nación
La ceremonia religiosa se desarrolló en la Catedral de San Florín, templo neogótico del siglo XIX que se levanta a orillas del Rin. Bajo sus muros descansa la cripta de la familia principesca, lo que aportó al enlace un fuerte simbolismo histórico. Desde temprano, la escalinata del templo se transformó en un pasillo ceremonial: una alfombra azul marino flanqueada por imponentes hortensias en tonos celestes y blancos, que realzaban la piedra centenaria y creaban un marco digno de un cuento de hadas.
Leopoldo, banquero de inversión radicado en Londres, fue el primero en llegar, cumpliendo con la tradición. Lo acompañaron su madre, Sofía Vollmer, y sus hermanas, Emilia y Sofía, todas ellas luciendo tocados de la firma española Mimoki. Saludó a los invitados con una sonrisa sobria antes de ocupar su lugar en el altar.
Minutos después, el turno fue de la novia: María Carolina arribó en un Rolls Royce blanco junto a su padre, el príncipe heredero Alois. La princesa deslumbró con un vestido de encaje bordado, un velo de plumeti que caía con delicadeza y la histórica tiara Fringe, cargada de diamantes. El ramo de flores blancas en cascada y un juego de joyas familiares completaron el look.
La misa comenzó puntualmente a las 11 de la mañana (hora local), oficiada por el obispo Benno Elba. El silencio solemne del templo solo fue interrumpido por los votos, pronunciados en voz firme por los novios, que resonaron bajo las bóvedas góticas.
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