Publicado: julio 21, 2025, 6:30 pm
El Parque Arqueológico de Pompeya ha recuperado una pieza «de extraordinario interés cultural»: un mosaico de motivos eróticos, datado del siglo I después de Cristo, ha sido devuelto al histórico complejo de la Campania de manos de una familia alemana a la que llegó a través de un capitán del Ejército nazi, que la entregó como un regalo tras llevársela de Italia durante la Segunda Guerra Mundial.
El mosaico, según explica el director del yacimiento de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, data del siglo I después de Cristo, hace más de 2.000 años, y se enmarca en un momento en el que se abrían paso nuevas temáticas en el arte romano: las escenas de amor doméstico, como la que muestra el mosaico, sucedían a las representaciones del periodo helenístico, que mostraban hazañas de héroes y figuras mitológicas.
El mosaico sobrevivió a la catástrofe volcánica que enterró Pompeya tras la erupción del monte Vesubio en el 79 d.C, y tras permanecer durante casi dos milenios en su emplazamiento original, un oficial de la Wehrmacht destinado en Italia lo retiro del lugar y se lo llevó a su país para regalárselo a un ciudadano alemán en plena Segunda Guerra Mundial.
80 años después, en 2023, los descendientes del ciudadano alemán que recibió el regalo decidieron ponerse en contacto voluntariamente con los Carabinieri de Roma para tratar de devolver el mosaico y reparar así el daño al patrimonio cultural. La obra de arte fue repatriada desde Stuttgart a Italia y durante dos años ha estado en manos de expertos para establecer su autenticidad, datarlo y sobre todo averiguar su procedencia.
El retorno del mosaico recuerda los expolios de la 2ª GM
Los expertos lograron rastrear su origen hasta los pies del Vesubio, en Pompeya. Según los investigadores del complejo, es probable que el mosaico, que representa a una pareja de amantes semidesnudos, hubiese decorado el suelo de una habitación privada de una lujosa villa a las afueras de la ciudad.
El regreso del mosaico al yacimiento, donde pronto será expuesta como una pieza más que dé testimonio de la historia romana, no solo supone la reparación del patrimonio histórico italiano, sino también un recuerdo de los muchos expolios del legado italiano saqueado durante la Segunda Guerra Mundial.
«El regreso de hoy es como curar una herida abierta», ha asegurado Zuchtriegel, que ha ensalzado la devolución por parte de los herederos alemanes como símbolo de un cambio de mentalidad: «El sentimiento de posesión del arte robado se convierte en una pesada carga».