Descubren una nueva 'supertierra' en una galaxia cercana candidata a albergar vida - Venezuela
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Descubren una nueva 'supertierra' en una galaxia cercana candidata a albergar vida

Publicado: octubre 23, 2025, 11:00 am

La búsqueda de la vida en otros planetas lleva siendo, durante décadas, una prioridad para los astrónomos. La primera premisa: que puedan albergar agua líquida, lo que estrecha las posibilidades a una franja bastante estrecha (no muy lejos de su estrella pero tampoco tan cerca que albergue temperaturas abrasadoras). Desde entonces, entre los miles de mundos descubiertos, se cuentan decenas de ‘ supertierras ‘, mundos potencialmente aptos para la vida. Ahora, se suma uno nuevo que, además se encuentra a un ‘paseo’ de nosotros: a tan solo 20 años luz del Sistema Solar. Según explican los investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.), se trata de un mundo probablemente rocoso casi cuatro veces más grande que la Tierra al que han bautizado como GJ 251 c. «Buscamos este tipo de planetas porque representan nuestra mejor oportunidad de encontrar vida en otros lugares», dice Suvrath Mahadevan, profesor de Astronomía Verne M. Willaman en Penn State y coautor de un artículo sobre que se publica este jueves en la revista ‘ The Astronomical Journal ‘. «El exoplaneta se encuentra en la zona habitable o ‘Zona Ricitos de Oro’, la distancia justa de su estrella a la que podría existir agua líquida en su superficie, si cuenta con la atmósfera adecuada», afirma. El exoplaneta se encontró utilizando datos del Buscador de Planetas en la Zona Habitable (HPF), un espectrógrafo de infrarrojo cercano de alta precisión (un prisma complejo que descompone las señales de la luz estelar) instalado en el Telescopio Hobby-Eberly del Observatorio McDonald de Texas y dirigido por la Universidad Estatal de Pensilvania. «Lo llamamos Buscador de Planetas en la Zona Habitable, porque buscamos mundos que se encuentren a la distancia adecuada de su estrella para que pueda existir agua líquida en su superficie. Este ha sido el objetivo principal de este estudio», señala Mahadevan. «Este descubrimiento representa uno de los mejores candidatos en la búsqueda de indicios atmosféricos de vida en otros lugares durante los próximos cinco a diez años». Mahadevan y sus colegas consiguieron encontrar esta ‘supertierra’ analizando una enorme colección de datos, que abarca más de 20 años y fue recopilada por telescopios de todo el mundo, centrándose en el ligero movimiento, o ‘bamboleo’, de la estrella anfitriona del planeta, GJ 251. Este ‘bamboleo’ consiste en pequeños desplazamientos Doppler, el cambio en la frecuencia de una onda percibida por un observador debido al movimiento relativo entre la fuente y el observador (el ejemplo más gráfico para explicar este efecto es el sonido de la sirena de una ambulancia, que se percibe más agudo al acercarse y más grave al alejarse. Con las estrellas no es sonido, sino luz: más azul cuando se acerca y más roja cuanto más se aleja). En este caso concreto, la luz de la estrella cambia por la gravedad de un planeta en órbita. Utilizaron las observaciones de referencia para mejorar primero las mediciones de oscilación de un planeta interior previamente conocido, GJ 251 b, que orbita la estrella cada 14 días. Posteriormente, combinaron los datos de referencia con nuevos datos de alta precisión del HPF para revelar una segunda señal, más intensa, a los 54 días, lo que indica la presencia de otro planeta mucho más masivo en el sistema. Uno de los mayores desafíos para encontrar mundos distantes es separar la señal planetaria de la actividad de su propia estrella, un tipo de clima estelar, explicó Mahadevan. La actividad estelar, como las manchas estelares, puede imitar el movimiento periódico de un planeta, dando la falsa impresión de que existe un planeta donde no lo hay. Para distinguir la señal del ruido, los investigadores aplicaron técnicas avanzadas de modelado computacional para analizar cómo cambian las señales en diferentes longitudes de onda, o colores, de la luz. «Es un reto difícil, ya que se trata de intentar controlar la actividad estelar y medir sus señales sutiles, extrayendo pequeñas señales de lo que es esencialmente este caldero magnetosférico y espumoso que es la superficie de una estrella», indica Mahadevan. Si bien no es posible obtener imágenes del exoplaneta que descubrió el equipo con los instrumentos actuales, la próxima generación de telescopios podrá analizar la atmósfera del planeta, lo que potencialmente podría revelar signos químicos de vida. «Si bien aún no podemos confirmar la presencia de atmósfera ni vida en GJ 251 c, el planeta representa un objetivo prometedor para futuras exploraciones», dice Mahadevan. «Hicimos un descubrimiento emocionante, pero aún queda mucho por aprender sobre este planeta».

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