Publicado: febrero 28, 2025, 10:55 pm
En 1982, la ciudad siria de Hama fue escenario de una brutal matanza perpetrada por el gobierno, durante la que perdieron la vida decenas de miles de personas. Cuatro décadas después, el recuerdo de aquella tragedia resonó con fuerza durante el levantamiento popular que puso fin, el pasado mes de diciembre, al régimen de la dinastía Assad. Pero hubo otro efecto duradero de ese ataque, uno que quedó profundamente arraigado no solo en la memoria, sino también en los genes de las familias sirias. Así, los nietos de las mujeres que estaban embarazadas durante el asedio, que no vivieron la tragedia y que nunca experimentaron aquella violencia, llevan hoy, más de cuarenta años después, una marca indeleble en sus genomas,… Ver Más