Publicado: agosto 8, 2025, 9:30 pm
Diez meses han pasado ya desde que Trump ganara las elecciones de Estados Unidos, aquellos comicios que vinieron precedidos por una convulsa campaña contra Kamala Harris , en la que el magnate no dudó en afirmar en repetidas ocasiones que acabaría con la guerra de Ucrania en «24 horas». Pero, ¿qué hay de verdad en esas afirmaciones? ¿Cómo se encuentran las negociaciones casi un año después de aquellas declaraciones? El republicano afirmaba que no necesitaba ni ser investido presidente para finalizar el conflicto. Durante el primer debate electoral no dudó en declarar que «esa es una guerra que está ansiosa por ser resuelta. La resolveré incluso antes de convertirme en presidente (…) Si gano, cuando sea presidente electo, lo que haré es hablar con uno, hablaré con el otro. Los reuniré ». Finalmente, el republicano logró hacerse con el poder y regresar a la Casa Blanca . Ahora tenía la oportunidad de demostrar a sus votantes y al mundo si su repetida frase de campaña sobre acabar con la guerra en 24 horas era real o no. Este comentario lo siguió reiterando también los meses siguientes, a pesar de que sus asesores decían que las negociaciones «durarían meses» . Posteriormente, en el mes de marzo de 2025, el presidente confesó que todo ese tiempo había sido un «poco sarcástico». Con motivo de la reapertura de la Catedral de Notre-Dame en París, Macron logró reunir en el palacio del Elíseo a sus homólogos estadounidense y ucraniano. Esta fue la primera toma de contacto entre ambos tras la victoria de Trump. Al día siguiente, el republicano publicó en su red Truth Social: «A Zelenski y a Ucrania les gustaría llegar a un acuerdo y acabar con la locura. Han perdido de manera ridícula la cifra de 400.000 soldados y muchos más civiles. Debería haber un alto el fuego inmediato y comenzar las negociaciones». Recién llegado a la Casa Blanca, el presidente estadounidense comunicó a Moscú que, si la guerra no acababa pronto, no le quedaría más remedio que imponer aranceles y sanciones a Rusia. «Lo podemos hacer a las buenas o a las malas», advirtió. Trump no dudó en criticar también al presidente ucraniano: «No es un ángel, no debería haber permitido que esta guerra empezara.» Donald Trump la calificó como «una larga y muy productiva llamada» en la que discutieron sobre Ucrania y varios temas más. El presidente americano señaló que acordaron comenzar las negociaciones para dar fin a la guerra en Ucrania «inmediatamente». En una publicación en su red Truth Social, afirmó que «trabajaremos juntos, muy de cerca. Queremos parar los millones de muertos que están ocurriendo en la guerra». «Un dictador sin elecciones. Zelenski más vale que se mueva rápido o se quedará sin país», escribió Trump en su red social, donde criticó al mandatario ucraniano por «negarse a celebrar elecciones» y por estar «muy bajo en las encuestas en Ucrania». Afirmó que únicamente el 4% de la población ucraniana le valoraba positivamente, aunque la Casa Blanca nunca explicó la procedencia de estos datos que, además, contradecían, la valoración positiva de Zelenski en los sondeos de opinión (en torno al 60% de aprobación). Trump culpó también a Zelenski de iniciar el conflicto y de ser un negociador ineficaz, mientras defendía las conversaciones directas con Rusia impulsadas por su Administración. El Despacho Oval fue escenario de uno de los momentos más tensos de la historia reciente. El líder norteamericano humilló a su invitado afirmando que no había sido agradecido con todo el apoyo recibido de Estados Unidos y le acusó de «jugar con la Tercera Guerra Mundial ». Lo que debía haber sido un encuentro sobre el futuro de la relación entre Estados Unidos y Ucrania se transformó en un cruce de acusaciones y reproches abiertos, marcando lo que parecía un punto y final en la relación entre ambos líderes. Además, la bronca frustró la firma del esperado acuerdo de minerales entre ambos países, por el que Ucrania cedía parte de sus reservas a EE.UU. a cambio de protección militar. Trump declaró en una entrevista con la NBC: «Se podría decir que estaba muy enfadado, muy molesto, cuando Putin dijo ayer que… ya sabes, cuando empezó a cuestionar la credibilidad de Zelenski, porque eso no va en la dirección correcta». Esta frase marcó un giro evidente de tono y de actitud. Tras dos meses de dureza con los ucranianos y elogios constantes a la firmeza y el temple de Vladímir Putin , volvía a mostrarse más afín al Gobierno ucraniano que al ruso. Durante el funeral del papa Francisco se produjo una imagen poderosa entre los dos mandatarios, sentados uno frente al otro en sencillas sillas y en condición de igualdad. La Casa Blanca calificó la reunión, que duró poco más de un cuarto de hora, como «muy productiva», mientras que el mandatario ucraniano la describió como «muy simbólica», con la posibilidad de convertirse en un encuentro «histórico». Trump afirmó que se sentía «decepcionado» y «muy muy descontento» con Putin. «Pensé que tendríamos un acuerdo hace dos meses», declaró en el Despacho Oval en presencia de Mark Rutte , secretario general de la OTAN. Añadió también que «vamos a aplicar aranceles muy severos si no llegamos a un acuerdo en 50 días, aranceles de aproximadamente el 100%». Dos semanas después, afirmó: «Voy a reducir esos 50 días que le di a un número menor (10-12) porque creo que ya sé la respuesta de lo que va a pasar». Trump ya pensaba que, si no se mostraba más duro con Putin, la guerra no acabaría. Estados Unidos y Rusia trabajan ya en la celebración de una reunión conjunta que tendrá lugar «en los próximos días». «Por sugerencia de la parte estadounidense, se llegó a un acuerdo para celebrar una cumbre bilateral en los próximos días», anunció este jueves el asesor diplomático del presidente ruso, Yuri Ushakov , quien añadió que los equipos negociadores de ambos países ya se han puesto en marcha para acordar la agenda. Todavía no se ha establecido el día, pero la intención del presidente estadounidense consiste en que el encuentro tenga lugar la próxima semana, entre el 10 y el 15 de agosto. El lugar ya fue acordado y, según ha apuntado el director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kiril Dmítriev , el Kremlin lo anunciará «un poco más tarde». Él mismo ha señalado que el encuentro entre los líderes de ambas potencias «podría ser histórico».