David Suárez aboga por la libertad de expresión y, por supuesto, también en su profesión, el humor, pues opina que «el chiste perfecto es el que es tan ofensivo como gracioso, pero a veces te pasas y ahí es cuando fallas».
El cómico, conocido por su humor negro, acudió a Querido Hater, pódcast de Malbert, y recordó su polémico chiste sobre las personas con síndrome de Down que lo llevó a juicio por un presunto delito de odio, aunque finalmente ganó él y no fue condenado.
«En España se intentó que hubiera jurisdicción de esto, pero no les salió bien. La cárcel era complicada, pero igual tener que hacer trabajos comunitarios y podía tener a partir de ahí antecedentes», rememoró. «Por suerte no fue ilegal, creo que es el único chiste legal en España, el resto son chistes ambiguos».
«Al juicio fui con mucha tranquilidad y, cuando gané, me vino bastante ansiedad de golpe porque me pasó factura todo el proceso que llevaba», aseguró el humorista. «En su momento me disculpé con la gente con síndrome de Down por si se habían ofendido».
Según contó David Suárez, en su momento hubo compañeros de profesión que le apoyaron, pero otros no, pero él lo entiende porque no todos los cómicos van con su perfil, que aboga «por la libertad de expresión» y «por poder hacer chistes de todo», algo que no todos comparten.
Sobre la polémica, el humorista sostuvo en su entrevista que «intentaría escribir mejor» los chistes, pero no por «algo moral», sino porque le «hubiera gustado ser más gracioso que ofensivo». «El chiste del síndrome de Down me arrepiento de que estuviese así escrito, no del chiste en sí«, defendió.
Por ello, considera que se pueden hacer bromas de todo, incluso de colectivos minoritarios y discriminados, pues «lo importante es el emisor y su intención«.
«Si una persona fascista hace chistes tránsfobos y homófobos que realmente cree, a mí no me hace gracia. Creo que es lícito porque hay libertad de expresión, pero no me hace gracia porque sé que no es un chiste, es bullying. Si tú no lo eres, ¿por qué va a ver un problema?», cuestionó. «La línea está en cómo tú trates los temas. Se puede hacer chistes de todo, mientras sea en un contexto distendido de comedia«.
Por ello, David Suárez pone «muy en duda que las palabras puedan cargarse vidas» y cree que «vivimos en una sociedad en la que se le da más importancia a la palabra que al acto porque eso quita la responsabilidad de los actos».
«El hecho de limitar la comedia también es una forma de invisibilizar otros discursos, porque cuando se utiliza con buena intención creo que puede ser la cosa más liberadora. Teniendo en cuenta que todos vamos a morir, tomarse las cosas tan en serio es lo que me parece ridículo«, añadió.