Debutó a los ocho años interpretando a Mikey, el hijo de la pareja ficticia conformada por John Travolta y Kirstie Alley en Mira quién habla ahora.
Y lo hizo bien, porque con las dotes mostradas en la comedia, y a pesar de que la película fue un absoluto fracaso de crítica y público, Gallagher consiguió destacar y, poco después, fue el elegido para interpretar a Simon, el cuarto hijo del reverendo Eric Camden en la serie Siete en el paraíso, entre 1996 y 2006.
Para cuando terminó la serie, el joven actor ya pasaba con creces la mayoría de edad y se había hecho famoso, también, por algunas de sus relaciones sentimentales, que incluían (entre otras parejas) a la también entonces estrella emergente Megan Fox.
Extrañamente, su fama puede decirse que terminó junto a Siete en el paraíso. Aunque durante mucho tiempo su nombre seguía apareciendo en créditos de todo tipo, principalmente consiguió un buen montón de papeles episódicos en series televisión, como Bones, Smallville o Crónicas vampíricas.
En los últimos diez años, casi todos sus trabajos han sido como actor de doblaje y, manteniendo un perfil muy, muy bajo, completamente alejado de redes sociales, al punto de que su cuenta del antiguo Twitter no se actualiza desde 2012 y su perfil oficial de Instagram, activo desde hace menos de un año, es gestionado por la actriz Beverley Mitchell. En resumen: se ha hecho difícil seguirle la pista a Gallagher.
Por eso, cuando Entertainment Tonight emitió un reportaje sobre el reencuentro del elenco de Siete en el paraíso, el público quedó impresionado cuando vio el increíble cambio del actor, que aparecía prácticamente irreconocible, con la cabeza completamente rapada y una pobladísima barba.