Publicado: octubre 31, 2024, 8:40 am
Llega Halloween, la versión actual del antiquísimo festival celta del Samaín (celebrado entre otros lugares precisamente en el noroeste de España). La ocasión que hace milenios marcaba el final del verano y las cosechas se ha convertido hoy en toda una celebración de los sobrenatural y el terror.
El miedo, protagonista este día, es una emoción y una reacción fisiológica fundamental para nuestra supervivencia, que nos libra de cometer muchas imprudencias que podrían poner en riesgo nuestra vida. No obstante, en sí mismo puede ser peligroso, y es que un buen susto puede tener a veces graves consecuencias para nuestra salud.
¿Se puede morir de miedo?
En realidad, apunta la Enciclopedia Británica, cualquier reacción emocional fuerte puede liberar cantidades potencialmente letales de ciertas sustancias químicas, como adrenalina, en nuestro cuerpo. Pasa muy raramente, pero de hecho puede pasarnos a cualquiera.
Teniendo en cuenta los efectos que estas sustancias y hormonas (incluyendo también el cortisol, la llamada ‘hormona del estrés’) tienen en nuestro organismo, el riesgo resulta significativamente mayor para ciertos individuos, como aquellos que ya tienen condiciones cardiovasculares preexistentes. En ellos, este tipo de reacciones fisiológicas puede ser el evento desencadenante de episodios cardiovasculares agudos graves.
Para entender cómo funciona esto, tenemos que conocer lo que llamamos ‘reacción de lucha y huida’. Con este nombre bautizamos a una respuesta de nuestro sistema nervioso autónomo (la parte del sistema nervioso que controla las funciones automáticas del cuerpo, incluyendo la respiración o la circulación sanguínea) ante ciertas situaciones extremadamente estresantes.
Exceso de adrenalina
Así pues, ante algo que percibimos como un peligro o amenaza nuestro sistema nervioso autónomo emplea determinadas sustancias para provocar algunos cambios en nuestras funciones corporales, incluyendo una elevación de la frecuencia cardíaca, una aceleración de nuestra respiración o un incremento de los niveles de glucosa en sangre. El objetivo es prepararnos físicamente para responder a dicha amenaza, lo que en algunos casos (como huir o luchar) puede suponer una demanda excepcional de recursos como energía u oxígeno.
La cuestión es que estas sustancias químicas, como la adrenalina, en dosis suficientemente altas pueden resultar tóxicas para algunos órganos, como el corazón, el hígado, los riñones o los pulmones. En el caso del miedo, la causa de la muerte suele ser un daño cardíaco, ya que es el único de esa lista que, al verse afectado, puede desencadenar una muerte súbita.
En particular, la adrenalina aumenta el flujo de calcio al corazón, lo que le provoca problemas para ralentizarse. Este fenómeno puede terminar causando fibrilación ventricular, un tipo de arritmia cardíaca que impide el correcto suministro de sangre al resto del organismo.
Un riesgo anecdótico
Sea como sea, hay que destacar que la muerte súbita por reacciones emocionales como el pánico es un fenómeno muy poco frecuente, sobre todo en personas con buen estado de salud. Los casos registrados constituyen más bien una evidencia anecdótica de que es posible, antes que una advertencia de un riesgo real.
De hecho, los seres humanos somos quizás el único animal que se somete a estímulos que nos provocan pequeñas y controladas dosis de miedo (como películas o videojuegos de terror) de manera intencionada, lo que indica que muchos disfrutamos de esta respuesta fisiológica con su justa moderación. En términos generales, no puede decirse que morir de miedo sea un riesgo significativo asociado a estas actividades.
Por otro lado, y como ya hemos mencionado, el miedo no es la única reacción emocional capaz de desencadenar este tipo de episodios de salud; por ejemplo, en la literatura científica se han relacionado cosas como eventos deportivos o las relaciones sexuales con instancias de muerte súbita por problemas derivados de la adrenalina.
Referencias
Cydney Grannam. Can You Really Be Scared to Death? Britannica. Consultado online en https://www.britannica.com/story/can-you-really-be-scared-to-death el 28 de octubre de 2024.
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