Publicado: abril 23, 2025, 10:16 am
El ministro de Economía de España, Carlos Cuerpo, ha defendido este martes en Washington el acercamiento a China como parte de una estrategia de diversificación comercial y tecnológica dentro de la Unión Europea, en un momento en que el Gobierno de Donald Trump presiona a sus aliados para que se alineen con su política arancelaria y resistan alianzas con Pekín. «Ampliar las relaciones comerciales con China no va contra nadie», afirmó el ministro Cuerpo en declaraciones a la prensa. «Forma parte de una agenda europea compartida, en la que España está decidida a asumir un papel de liderazgo». En este contexto, recordó que España ha sido uno de los países con mayor crecimiento del euro en los últimos años y que parte de esa dinámica se debe a su apertura exterior. El ministro participa en las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que se celebran estos días en la capital estadounidense, y mantendrá en las próximas horas una reunión bilateral con el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, en la que, según su equipo, se abordarán los efectos de los aranceles anunciados por Trump y la posición española dentro del marco europeo. El discurso del ministro contrasta con la advertencia lanzada por el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, quien advirtió hace dos semanas que aquellos países que traten de estrechar lazos con China estarían «cortándose el cuello». El ministro español evitó la confrontación directa con la Casa Blanca , pero subrayó que «cada país debe defender sus intereses con autonomía». Añadió que España ha respaldado en Bruselas una respuesta coordinada al proteccionismo norteamericano, pero sin renunciar a su margen de maniobra nacional. Cuerpo se vio con Bessent la semana pasada, aunque dijo que no para negociar nada en materia comercial , sino para tratar «la relación bilateral». La Casa Blanca dijo después en un comunicado que le pidió a España en ese encuentro un aumento del gasto de defensa y alivio en las tasas digitales. El Gobierno de Trump mantiene desde principios de año una campaña de presión comercial que ha incluido la imposición de aranceles del 145% sobre productos chinos y del 25% sobre automóviles, acero y aluminio europeos. Europa, inicialmente incluida en un arancel del 20% a las importaciones en bloque, ha visto reducida esa carga al 10% en plenas negociaciones multilaterales, aunque se mantiene la amenaza de nuevos aumentos si se avanza en acuerdos con empresas tecnológicas chinas. El ministro también salió al paso de las críticas internas y externas al aumento del gasto español en Defensa, y defendió el anuncio realizado el lunes por el presidente Pedro Sánchez de una inversión adicional de 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB en 2025, tal y como exige la OTAN. «Se trata de una cuestión de autonomía estratégica», explicó el ministro. «España no solo cumple con sus compromisos como aliado, sino que impulsa una industria propia que generará 100.000 empleos, muchos de ellos de alta cualificación». El plan español, que será remitido esta semana a Bruselas y a la sede de la Alianza en Bruselas, prevé inversiones significativas en ciberseguridad , capacidades duales para emergencias civiles, y la modernización de sistemas de telecomunicaciones y disuasión. «Es una apuesta por la innovación y por la soberanía tecnológica, no una escalada armamentística», insistió el ministro. El FMI ha advertido esta semana que las políticas arancelarias de Trump podrían reducir el crecimiento global al 2,8% en 2025, por debajo del 3,3% registrado el año anterior. En el caso de EE.UU., el organismo ha rebajado su previsión de crecimiento del 2,8% al 1,8%, y ha alertado de una caída en la confianza inversora extranjera. España ha tratado de mantener una posición intermedia entre el eje franco-alemán y la línea dura de Washington. El ministro insistió en que la cooperación con China en sectores como las energías renovables, el hidrógeno verde y la industria de baterías «responde a necesidades estratégicas compartidas» y que España «seguirá ejerciendo su autonomía con responsabilidad y firmeza». La reunión con Jamieson Greer servirá para intentar reducir la tensión bilateral y blindar las exportaciones industriales y agroalimentarias más expuestas, en especial las del sector porcino, uno de los más dependientes del mercado chino.