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Las tarifas, de acuerdo con lo que ha señalado el presidente Trump, tendrían consecuencias serias en la inflación, el crecimiento y la competitividad de las industrias de los Estados Unidos. Se había comentado que de acuerdo con The Budget Lab, de la Universidad de Yale, si Trump impone aranceles del 60% a productos de China, y a otros a países sin tratados de libre comercio, entonces, el impacto inflacionario sería de 1.8 puntos porcentuales. Si las tarifas incluyen también a México, el impacto inflacionario podría superar los 5 puntos. Este incremento de precios sería equivalente a entre 7 y 31 meses de inflación normal en Estados Unidos, dependiendo de las medidas.
Además del incremento de las tarifas, se espera que otras medidas que podría tomar la administración Trump (que podrían llamarse tecnolibertarias) también impulsen el alza de precios, como disminuir la independencia de la Reserva Federal, por lo tanto, reducir su capacidad de controlar la inflación, incrementar el déficit, por la reducción de impuestos corporativos y promover el uso de criptomonedas en los sistemas fiscales y financieros. De acuerdo con el Peterson Institute of International Economics (PIIE), la propuesta completa de Trump de incrementar tarifas ocasionaría que un ciudadano promedio pague alrededor de 2,600 dólares adicionales por lo que consume.
Por otro lado, los incrementos de ingresos públicos por aranceles, no compensarían, ni de cerca, los que se proponen a la renta. Estados Unidos recauda tres trillones de dólares en impuestos a la renta, dos trillones en la parte corporativa y por tarifas solamente 225 billones. De hecho, de acuerdo con el PIIE, la combinación de la reducción de impuestos a corporaciones y personas de altos ingresos, con mayores aranceles, va a incrementar la desigualdad, ya que el peso del financiamiento público va a recaer en personas de ingresos medios y bajos, que son los que van a pagar los mayores aranceles.
Además del incremento de precios, también se tendría un efecto negativo en el producto. Los investigadores del Budget Lab calculan que se podría reducir el PIB real entre un 0.5% y un 1.4 por ciento. En cuanto a los efectos en términos de empleo, un estudio de National Bureau of Economic Research muestra que el reciente incremento a los aranceles de las importaciones chinas a Estados Unidos no incrementó el empleo en los sectores protegidos, pero lo redujo en otros relacionados con la guerra comercial, como el agrícola. Sobre el mismo tema, los expertos de mercados laborales de la Reserva Federal encuentran que el incremento de tarifas derivó en una reducción de 1.4% del empleo manufacturero y un crecimiento de 4.1% en los costos de los productores. Un estudio del Departamento del Comercio encuentra que estos incrementos afectaron a la industria de maquinaria industrial y la de autopartes, por el aumento de precios de los insumos. Incluso personajes como Michael Strain, director del Centro de Pensamiento American Enterprise Institute, que elaboró el plan de gobierno de la campaña de Trump, considera que los aranceles a China afectaron al empleo industrial e hicieron la manufactura estadounidense menos competitiva.
El efecto de la medida para mejorar el balance comercial de Estados Unidos es también cuestionable. De acuerdo con modelos y estudios de panel del PIIE, el incremento de las tarifas, en la escala que ha prometido Trump, llevaría a una apreciación del dólar equivalente a la mitad del incremento de las tarifas, por lo que el efecto, en términos de mejorar la balanza comercial de Estados Unidos será limitado. Prácticamente ningún profesional de la economía, progresista o conservador recomienda la medida, será difícil que se concrete en la magnitud que se ha mencionado.
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