Publicado: agosto 14, 2025, 7:59 pm

El mundo de las criptomonedas en Manhattan se vio sacudido este año por un caso inédito: dos inversores, William Duplessie y John Woeltz, fueron acusados de secuestrar y torturar durante semanas al programador italiano Michael Carturan para obtener las contraseñas de sus cuentas de activos digitales.
Por infobae.com
El episodio, considerado el primer secuestro cripto documentado en Nueva York, puso en evidencia los riesgos y la falta de regulación que rodean a la economía digital, según reportó The Intelligencer.
La denuncia de Carturan se produjo tras una huida la mañana previa al fin de semana del Memorial Day. Descalzo y con la cabeza ensangrentada, el joven de 28 años logró salir del townhouse de cinco pisos en Prince Street, Manhattan, y pedir ayuda a un agente de tráfico.
Según su testimonio, había sido retenido y sometido a torturas físicas y psicológicas por Duplessie y Woeltz, quienes buscaban acceder a sus criptomonedas. La policía, tras su declaración, detuvo a los presuntos captores y halló en la vivienda pruebas que respaldaban la versión de la víctima: sangre en varias habitaciones, fotografías de los acusados amenazando a Carturan con una motosierra y un arma, así como documentos en los que se le exigía entregar las claves de sus wallets.
Además, se incautaron herramientas y materiales que, según la acusación, podrían haber servido para deshacerse de un cuerpo.
William Duplessie y John Woeltz: perfiles y antecedentes en el mundo cripto
El perfil de los acusados revela trayectorias marcadas por el exceso y la inestabilidad. Duplessie, criado en un entorno privilegiado en Greenwich, Connecticut, junto a figuras del mundo financiero, acumuló desde joven episodios de violencia y adicción.
Tras abandonar varias universidades y fracasar en distintos negocios, encontró en las criptomonedas una vía para acceder a grandes sumas de dinero y círculos exclusivos.
Junto a su padre, impulsó el fondo Pangea en Suiza, que atrajo inversiones millonarias, pero terminó envuelto en sospechas de fraude y promesas incumplidas. Su vida se caracterizó por fiestas ostentosas, relaciones turbulentas y una constante huida, desde California hasta Miami y Europa.
Woeltz, por su parte, era conocido en la comunidad cripto como un experto en ciberseguridad y un inversor precoz en bitcoin.
De carácter reservado, amasó una fortuna superior a los USD 100 millones y se dedicó a proyectos de agricultura regenerativa y filantropía local en Kentucky. Sin embargo, testimonios de su expareja y allegados describen un giro hacia comportamientos paranoicos y violentos tras su asociación con Duplessie, incluyendo episodios de control extremo y amenazas armadas.