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Crédito anti volatilidad del FMI, ¿debería aumentar?

Publicado: noviembre 17, 2025, 1:00 am

El gobierno de México renovó la Línea de Crédito Flexible que le extiende, desde hace 16 años, el Fondo Monetario Internacional.

Es la primera renovación de este crédito, en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Es una cantidad inferior, en 11,000 millones de dólares, respecto de los 35,000 millones de dólares del último monto que recibió el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Sheinbaum decidió mantener la estrategia de reducción del monto de la LCF.

El expresidente, aún sin haber tomado posesión, en noviembre del 2018, optó por comenzar a reducir el monto de ésta Línea de Crédito Flexible, considerada como una especie de “seguro de protección antivolatilidad”.

López Obrador heredó de sus antecesores, extraordinaria fortaleza macroeconómica.

Y como sus predecesores, mantuvo la mayor parte de su mandato la disciplina fiscal, aunque al final del sexenio elevó a un nivel histórico el déficit fiscal y la deuda.

No fue el único que elevó el nivel de déficit y deuda, aunque sí es el que marcó un récord.

El déficit fiscal se ha elevado, en los distintos sexenios, en contextos de crisis o expansiones presupuestarias.

En el obradorato, el nivel de déficit y deuda se explica fundamentalmente por la expansión presupuestal para pagar sus obras icónicas.

LCF, el costo de la señal

Desde la primera ocasión en que México la recibió y hasta la fecha, ningún gobierno la ha ejercido.

Es decir, no se ha realizado ningún desembolso. Se ha mantenido, simple y sencillamente como una línea de crédito disponible para un caso de emergencia.

La LCF es una poderosa señal que confirma la responsabilidad fiscal y estabilidad macro del país que la recibe, por parte del organismo financiero multilateral. Ayuda a mantener la confianza de los inversionistas.

Como cualquier tipo de seguro, la Línea de Crédito Flexible (LCF) del FMI, tiene un costo o una comisión.

Y precisamente para pagar menos, el gobierno mexicano, desde el sexenio pasado, comenzó a reducir el monto total del que podría disponer.

La historia

La Línea de Crédito Flexible del FMI fue diseñada para enfrentar eventuales capítulos de volatilidad y México la estrenó.

La primera LCF la recibió el expresidente Felipe Calderón en el año 2009 por un monto de 47,000 millones de dólares, equivalente al mil por ciento de la cuota de México al FMI.

La recibió en el contexto de la crisis global del 2008, que generó volatilidad en los mercados emergentes.

En su última renovación, en ese sexenio, la LCF llegó a 72,000 millones de dólares.

Con el expresidente Enrique Peña Nieto pasó a 88,000 millones de dólares, en 2015 se redujo a 73,000 millones de dólares, y se elevó a 86,000 millones en 2017.

A partir del obradorato, en 2018, se inició la estrategia gradual de salida de la FCL, con el objetivo de reducir las comisiones anuales que México paga por mantener abierta esta línea precautoria.

Con Lopezobrador se redujo a 74,000 millones de dólares, luego a 61,000 millones de dólares; posteriormente a 50,000 millones de dólares y finalmente a 35 mil millones de dólares.

Con Claudia Sheinbaum, en su primera renovación por dos años, la LCF es por 24,000 millones de dólares, reemplaza a la anterior de 35,000 millones de dólares.

Es una buena noticia que México renueve ésta LCF del FMI. Implícitamente es un reconocimiento a la estabilidad macro y la responsabilidad fiscal.

Si se observa la historia reciente, con sus altibajos, los gobiernos del PAN, del PRI y de Morena, han mantenido relativa estabilidad macro. Para decirlo claramente, han buscado mantener la responsabilidad fiscal, hasta que, por causas externas o internas, se desvían.

El gobierno de Claudia Sheinbaum heredó un nivel record de déficit fiscal. Las finanzas públicas están severamente limitadas por los crecientes compromisos de los programas sociales y el elevado costo financiero de la deuda.

El propio FMI ha marcado el crecimiento de la deuda pública mexicana.

Además del elevado peso que tiene la debilidad financiera de Pemex sobre las finanzas públicas.

Adicionalmente hay preocupación por el bajo nivel de crecimiento del Producto Interno Bruto.

Frente a tales hechos, la pregunta es obvia, ¿será el mejor camino continuar reduciendo el monto de la LCF que, incrementa el nivel de seguridad del escudo de protección ante la impredecible volatilidad, cuando no está claro lo que viene con los cambios en las políticas comerciales de EU?

Lo mejor, tal vez, ¿sería aumentarla?

Al tiempo.

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