Corriendo contra la injusticia: el caso de Carlos Marcano - Venezuela
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Corriendo contra la injusticia: el caso de Carlos Marcano

Publicado: julio 14, 2025, 1:00 am

 

“Ángel de la Guarda, dulce compañía, no me lo abandones ni de noche ni de día…” Cada noche, Gladys Mogollón repite esta oración. Es el único puente con su hijo, Carlos Rafael Marcano Mogollón, periodista y profesor universitario, quien estuvo en desaparición forzada desde el 23 de mayo de 2025 hasta el 4 de junio y que se repitió luego, entre el 5 y el 14 de junio.

Por Sntp

Fueron 22 días de angustia y silencio. Ese sábado 14, después de su segunda desaparición, su madre supo que Carlos había sido trasladado a la cárcel de Tocorón, en el estado Aragua, uno de los principales penales del país, usado desde hace casi un año como lugar de reclusión de presos políticos.

La pesadilla comenzó cerca de las 6:30 a.m. del viernes 23 de mayo, cuando funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) irrumpieron sin orden judicial en su casa en Caracas y se lo llevaron entre los gritos de impotencia de su familia. Desde ese instante, su vida quedó suspendida en el limbo de las detenciones arbitrarias.

Carlos, de 30 años, es un periodista egresado en 2017 de la Universidad Monteávila, donde luego dictó cátedras de investigación y tecnologías de la información. En una época vibrante de su faceta profesional, alternó la docencia con su trabajo en comunicación institucional en empresas y organizaciones sin fines de lucro.

Su recorrido laboral ha estado vinculado al servicio público y al compromiso social. Pasó por la Asamblea Nacional -en la legislatura 2016-2021-, donde manejó las redes sociales. Luego colaboró con la ONG Rescate Venezuela, con la que asistió a misiones humanitarias. Más recientemente, se integró al equipo del Observatorio ProBox, donde se dedicó al análisis de matrices de desinformación y a diseñar campañas digitales. Allí aún lo esperan.

 

“Su vocación fue contar lo que otros callaban”, dice Lya Ortíz, amiga y activista. Francisco Touceiro, excompañero de Carlos en Rescate Venezuela, lo recuerda como “un apasionado del deporte y de las causas perdidas, como los Tiburones de La Guaira y el Atlético de Madrid”. En el trabajo se destaca por ser “muy meticuloso y responsable. Un excelente compañero”.

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…”

La vida de Carlos ha estado guiada por la vocación, el apego familiar, el trabajo constante y una fe que atraviesa los años. Desde su adolescencia forma parte de los Palmeros de Chacao, la histórica cofradía que cada Semana Santa asciende al Waraira Repano (El Ávila) para recolectar las palmas que se bendicen el Domingo de Ramos.

 

Para él no se trata solo de una tradición heredada: es un acto de devoción profunda. Caminar montaña arriba es una forma de agradecer, de pedir protección, de renovar ese vínculo íntimo con lo sagrado. Cada palma cortada encierra una intención, una plegaria, un compromiso personal. Así lo ha compartido, con naturalidad, con quienes alguna vez le han preguntado por el sentido de su entrega.

Pero su búsqueda de equilibrio interior no se detiene en la fe. Carlos también ha encontrado en el atletismo una forma de conexión consigo mismo. Es un maratonista disciplinado. Sus entrenamientos constantes, las largas carreras por Caracas, su debut en las carreras internacionales -en Madrid, apenas unas semanas antes de su desaparición- y las madrugadas dedicadas al ejercicio, hablan de una fuerza silenciosa, la misma con la que enfrenta los desafíos de la vida, insiste su madre.

Sus amigos lo describen como solidario y siempre disponible. “El mejor amigo, la mejor persona del mundo y el ser humano más libre”, subraya Yendri Velásquez, otro amigo y activista.

“Con Dios me acuesto y la Virgen lo cubra con su manto…”

El 4 de junio, tras días de búsqueda incesante, Gladys logró verlo en la sede de la PNB en La Yaguara. Hablaron, comprobó que estaba vivo. Pero fue un alivio fugaz. Al día siguiente, el 5 de junio, fue trasladado sin previo aviso. Desde entonces y hasta el 14 de junio, su paradero fue nuevamente desconocido.

Hasta esa fecha, Carlos Marcano no había sido presentado ante ningún tribunal ni se le imputaron cargos formales. No pudo comunicarse con su abogado ni ejercer su derecho a la defensa, y tampoco tuvo acceso regular a visitas.

Su situación legal sigue envuelta en la incertidumbre: se desconoce si existe un expediente en su contra o cuál es su estatus jurídico actual. En lugar de un proceso judicial, lo que ha habido es una acusación pública. El ministro Diosdado Cabello lo señaló en cadena nacional de estar involucrado en una conspiración contra el Gobierno, sin presentar prueba alguna.

 

No se trata solo de una ausencia forzada: es una negación deliberada de su existencia ante la ley. Su detención permanece oculta bajo el peso del silencio oficial. Mientras, Gladys no deja de rezar, como quien avanza -con fe y sin tregua- hacia la meta de un maratón impuesto.

“Que mi hijo vuelva a casa. Amén”.

Related Articles