Publicado: junio 7, 2025, 9:30 am
Manu Bohn es un brasileño de 30 años afincado en Australia que vive en el valle de Bega, en la costa sur de la región de Nueva Gales del Sur. Tras una ruptura amorosa se vio en la tesitura de procurarse un nuevo hogar.
Como el mercado inmobiliario no le permitió adquirir una vivienda, hace dos años recurrió a una solución original: construir una pequeña casa prefabricada encima de una caravana en la propiedad de un amigo. Pero ahora, las autoridades locales le han pedido que la demuela.
Tal y como recoge el medio SBS News, ni él ni el propietario del terreno pidieron permiso a las autoridades ni solicitaron una aprobación de desarrollo para la vivienda, aunque Bohn dice que la construyó «basándose en la legislación estatal».
Ahora, ha recibido una orden que estipula que la minicasa debe ser demolida o retirada para cumplir con la legislación de Planificación Ambiental de Nueva Gales del Sur.
Si no lo hace, le advierten, Bohn podría enfrentarse a una multa de hasta un millón de dólares australianos, unos 570.000 euros. Manu Bohn dice a SBS News que esto lo dejaría sin hogar.
«Para alguien que vive en una casa diminuta y no puede permitirse una vivienda, recibir esta carta donde tiene que pagar un millón de dólares… me parece indignante y poco comprensivo», dice Bohn.
Según Bohn, eligió junto a su pareja la opción de una minicasa prefabricada «como un lugar que fuera asequible para nosotros y así pudiéramos quedarnos en la zona donde hemos estado viviendo».
«Las casas pequeñas serían básicamente la única forma asequible de vivir para nosotros, ya que no poseemos terrenos y dependeríamos de vivir en propiedades ajenas», explica.
«Teníamos y seguimos teniendo claro que nuestra pequeña casa sobre ruedas se considera una vivienda móvil según la legislación de Nueva Gales del Sur, lo que no requiere un permiso y nos permite trasladarla, tal vez, a nuestro futuro terreno», concluye.
