Publicado: agosto 16, 2025, 3:30 am
Simona Cinà tenía 20 años. Era jugadora de voleibol y, según su familia, «un pez en el agua». Sin embargo, en la madrugada del pasado 2 de agosto, fue hallada muerta en la piscina de una villa alquilada para una fiesta de graduación en la localidad de Bagheria, en la isla de Sicilia (Italia). Nadie se explica su muerte.
Para los padres y hermanos de la víctima, sigue siendo un misterio cómo una joven atleta y experta nadadora pudo ahogarse en una pequeña piscina. Pero, según las primeras investigaciones, Simona cayó al agua y, por causas que aún se intentan esclarecer, murió ahogada. De momento, la Fiscalía de Termini Imerese ha abierto una investigación por homicidio involuntario.
El misterio que rodea la muerte de Simona se concentra en apenas 50 minutos, informa la agencia Ansa. Ese periodo va desde las 3:20 de la madrugada, cuando una amiga de la joven declaró ante los carabinieri que la saludó mientras aún bailaba cerca de la cabina del DJ, hasta las 4:10, cuando se recibió la llamada de emergencia. Nadie avisó a sus padres.
¿Cómo y por qué cayó a la piscina?
La autopsia del cuerpo, practicada hace una semana en el Hospital Policlínico de Palermo, confirmó la presencia de agua en los pulmones de la joven. Sin embargo, no está claro si cayó a la piscina y se ahogó tras sentirse mal por causas naturales, o si la causa fue el consumo involuntario de drogas o alcohol.
«¿Por qué murió, por qué?», es la pregunta sin respuesta que Giusy Corleone, la madre de Simona, plantea entre lágrimas a los periodistas. «Quiero saber por qué murió, quiero saber qué pasó», repite Giusy. Y su padre, Luciano Cinà, añade: «Quiero que se aclare su destino».
Si alguien está demasiado borracho y se cae accidentalmente en la piscina, considere llevar un traje de baño en el coche», decía el texto de la invitación a la fiesta
Según Gabriele Giambrone, abogado de la familia, «es posible que se haya resbalado, con una leve lesión en la cabeza y la nuca». Sin embargo, apunta el canal TG24, los médicos han descartado la pertinencia de esta hipótesis. Ahora queda esperar a los resultados de las pruebas toxicológicas.
«Existe la posibilidad de que Simona resbalara cerca de la piscina, se golpeara la cabeza y perdiera el conocimiento. La autopsia reveló una pequeña marca bajo la nuca. Los médicos han descartado esta hipótesis, pero entiendo que hay un pequeño traumatismo craneal», declaró Giambrone. No se encontraron signos de violencia en el cuerpo, solo hematomas en el esternón, informa LiveSicilia, probablemente causados por los intentos de sus amigos por reanimarla tras recuperar su cuerpo de la piscina.
Una joven sana y deportista
Las pruebas realizadas hasta el momento no han revelado ningún problema cardiaco y se ha descartado un infarto, así como la presencia de patologías previas. El cuerpo de Simona fue sometido a una tomografía computarizada y radiografías para identificar fracturas, hemorragias internas o daños por patologías desconocidas.
Sin embargo, según informes, las pruebas diagnósticas realizadas no fueron exhaustivas, por lo que los peritos designados por la Fiscalía también solicitaron una resonancia magnética. Los resultados de las pruebas toxicológicas e histológicas estarán disponibles en un plazo de 45 días para completar el análisis forense.
La familia, interrogada por los Carabineros de Bagheria, confirmó que Simona «se encontraba bien y no tenía problemas de salud». Era una atleta que «se sometía continuamente a controles médicos para poder competir» y obtener «certificados para deportes de competición», aseguran.
El caso abierto por la fiscalía no tiene sospechosos y sugiere un homicidio involuntario. De momento, la principal hipótesis sigue siendo una enfermedad o un accidente sin intención de un tercero. Sin embargo, de confirmarse estas hipótesis, no quedaría claro por qué nadie se percató de que la niña ya no se movía en la piscina, según Ansa.
Pocos vídeos de aquella noche
Se han visionado imágenes de aquella fiesta de graduación. Hay un vídeo en el que Simona aparece sonriendo, con vaqueros y una camiseta verde, sosteniendo un vaso de plástico, mientras participa en un baile grupal junto a la piscina. En otro, la chica está en una habitación con dos amigas, cantando, bailando y riendo juntas.
Pero, hoy que todos los jóvenes llevan el móvil encima todo el tiempo, hay pocos vídeos. «Hay pocos», asegura el abogado Giambrone, «muy pocos, de hecho. No hay imágenes del pastel, de la fiesta, de nada. Me pregunto por qué… Raro, ¿verdad?».
Resulta extraño porque a la fiesta de graduación fueron invitadas ochenta personas. Fue con un mensaje de WhatsApp, pidiendo una cuota para asistir y disfrutar de la barra libre. El texto de aquella invitación resulta ahora premonitorio: «¡También habrá piscina en la villa! Si al final de la noche alguien está demasiado borracho y se cae accidentalmente en la piscina, considere llevar un traje de baño en el coche».
Sí, hubo alcohol
Hay muchas cosas que no cuadran, según la familia. «Solo había botellas de agua, la piscina estaba limpia, nadie nos avisó, fue mi esposa quien llamó para ver cómo estaba mi hija. ¿Adónde fue el alcohol?», preguntó el padre sin poder contener las lágrimas. «Simona era una atleta, era un pez en el agua. Queremos saber qué pasó», aseguró Luciano Cinà.
En todo caso, la investigación intenta avanzar por otras vías. El informe de la policía indica que el 4 de agosto, dos días después de la muerte de la joven, se incautaron varios objetos encontrados en la vivienda. Y sí había alcohol, cuando la familia Cinà afirmó no haber visto rastros de alcohol.
Esa afirmación acabó siendo desmentida por la fiscalía en un comunicado. Los carabinieri se incautaron cinco botellas de ginebra, seis de spritz y otras doce de vino espumoso; también, la ropa de Simona, junto con el bañador que vestía, varias toallas y ropa de playa.
¿Y hubo drogas?
Pero los hermanos de Simona no vieron alcohol. «Era una fiesta de graduación», dicen, «pero no vimos el pastel ni encontramos alcohol. Cuando llegamos, los niños estaban todos mojados, en silencio. No encontramos la ropa de mi hermana, solo sus zapatos». Algo no cuadra, aseguran: «No queremos señalar a nadie… pero algo está mal. Conocíamos a Simona, y no era de las que se ahogan en una piscina. Surfeaba, practicaba tantas cosas, tantos deportes acuáticos, que es imposible que no hubiera podido manejar una situación en aguas profundas».
Algunos especulan que hubo drogas en la fiesta. «Pensamos que quizá alguien le puso algo en la bebida», dicen los hermanos. «Estamos seguros de que Simona nunca habría tomado nada voluntariamente; era una persona preocupada por su salud, se revisaba con regularidad y los clubes en los que actuaba siempre exigían certificados médicos».
Pensamos que quizá alguien le puso algo en la bebida», dicen los hermanos
Tanto la fiscalía como el forense que coordinó la autopsia, y hasta los abogados de la familia, coinciden en la necesidad de identificar la posible presencia de alcohol, drogas y estupefacientes, incluidos los sintéticos, en los tejidos extraídos del cuerpo de la chica.
Nuevos interrogatorios
Ante la falta de respuestas, los interrogatorios prosiguen. La policía ha vuelto a citar a algunos de los presentes en la fiesta. Este jueves, en la comisaría de Bagheria, será interrogada de nuevo la pareja que organizó el evento, la persona que se zambulló para sacar a la joven del agua, la que practicó la RCP y las demás personas que se encontraban cerca de la piscina.
Entre los aspectos a explorar se incluye la organización de la velada desde una perspectiva de seguridad, informa Gazzetta del Sud. En una fiesta en una villa con piscina no es obligatorio contar con socorrista, pero es fundamental evaluar los riesgos, preparar medidas alternativas e informar a los invitados sobre las precauciones a seguir.