Publicado: agosto 4, 2025, 7:30 pm
Carlos Chancellor, exalcalde de Sifontes, logró un emotivo reencuentro con su madre de 94 años tras permanecer 11 meses detenido en El Helicoide. La liberación, ocurrida el 2 de agosto de 2025, marcó el fin de un calvario para el dirigente opositor, acusado sin pruebas claras por las autoridades venezolanas. Su caso, denunciado por organizaciones como Justicia, Encuentro y Perdón, resalta las precarias condiciones de salud que enfrentó, incluyendo ceguera y un tumor en crecimiento.
Por puntodecorte.net
El reencuentro, captado en redes sociales, mostró a Chancellor abrazando a su madre en un momento de profunda emoción. Familiares y activistas celebraron la noticia, pero advirtieron sobre el deterioro físico del exalcalde, quien requiere atención médica urgente. Su detención, ocurrida en Anzoátegui, generó controversia por la falta de transparencia en los cargos y el traslado a una de las cárceles más temidas del país.
Contexto de la detención: El calvario de Chancellor
La detención de Carlos Chancellor en 2024 respondió a motivos políticos, según denuncias de sus allegados. Sin información clara sobre las causas, lo recluyeron en El Helicoide, donde enfrentó condiciones inhumanas. Organizaciones de derechos humanos reportaron que Chancellor desarrolló problemas de salud graves, como pérdida de visión y un tumor no tratado, evidenciando el abandono médico en el sistema penitenciario venezolano.
Impacto social: La lucha por la justicia
El caso de Chancellor refleja la situación de cientos de presos políticos en Venezuela. Su liberación, aunque un alivio, no borra las secuelas físicas y emocionales. La sociedad civil exige reformas para garantizar procesos justos y atención médica adecuada. La imagen del reencuentro con su madre simboliza esperanza, pero también un recordatorio de las luchas pendientes.
Un futuro incierto
Tras su liberación, Chancellor enfrenta un camino de recuperación. La comunidad internacional y ONG instan al gobierno a esclarecer los casos de presos políticos y garantizar sus derechos. Este reencuentro marca un hito, pero la justicia sigue siendo una deuda en Venezuela.
