Publicado: marzo 18, 2025, 1:30 am
Las elecciones anticipadas en Alemania de finales de febrero como consecuencia de la crisis del gobierno «semáforo», formado por socialdemócratas, verdes y liberales, fueron calificadas de trascendentales. A las dificultades domésticas de todo tipo, se añadía el grave momento geoestratégico que vivimos, tanto por la amenaza que representa la Rusia de Putin como por la ruptura de la confianza europea hacia los EEUU. El auge de la extrema derecha de la AfD estaba descontado, pero aun así sorprendió por su contundencia, sobre todo en los Länder orientales. Del gobierno saliente, solo los Verdes salvaron los muebles, los liberales colapsaron y los socialdemócratas obtuvieron el peor resultado de su historia, quedando relegados a la tercera posición. Por su parte, la victoria de los democristianos del futuro canciller Friedrich Merz supo a poco al obtener menos del 30% de los votos. Por primera vez, los dos pilares de la democracia alemana (CDU/CSU y SPD) se quedaron varios puntos por debajo del 50% de los votos. El debilitamiento del centro político es el resultado de una polarización de la sociedad que ha beneficiado a los extremos (AfD y La Izquierda).
Hasta aquí las malas noticias, las buenas vienen a continuación. Primero, los democristianos han dejado meridianamente claro que jamás van a pactar con la AfD, formación a la que tachan de neofascista y que recibió, recordemos, el apoyo en campaña de Elon Musk y del vicepresidente de EEUU, J. D. Vance. Segundo, la CDU/CSU y el SPD suman mayoría absoluta en el Bundestag, aunque su coalición ya no es «grande» como antaño (la histórica Grosse Koalition), sino pequeña o modesta. Tercero, el acuerdo para formar gobierno entre ambos es seguro y no tardará demasiado en materializarse. Y, cuarto, los Verdes se han sumado al acuerdo para formar una supermayoría con democristianos y socialdemócratas a fin de aprobar enmiendas constitucionales que permitan elevar el techo de gasto e invertir una enorme cantidad en defensa en el marco de una estrategia europea compartida.
La semana pasada, en el marco del Club Tocqueville, un fórum académico y político, el director de la Fundación Konrad Adenauer, Ludger Gruber, trasladó la convicción del nuevo canciller de que es urgente actuar ante el giro de la política norteamericana con la llegada de Donald Trump. La implicación de Alemania en seguridad y defensa es una muy buena noticia para toda Europa (incluyendo en esta materia al Reino Unido) porque hasta ahora, por razones históricas, se había autolimitado, cuando le corresponde por su peso económico un papel de liderazgo. El ejemplo alemán, de grandes pactos de Estado, debería ser también una buena noticia para España, el espejo donde PSOE y PP se mirasen por una vez.