Publicado: enero 29, 2025, 7:05 am
El ciclista alemán Max-David Briese , que sufrió un grave accidente este lunes mientras entrenaba con el equipo alemán de resistencia en Mallorca, se quejó de la imprudencia en el tráfico rodado y reconoció que salir a entrenar es algo «potencialmente mortal». «No recuerdo una sesión de entrenamiento en la que no haya habido una situación peligrosa con un coche. Eso es sencillamente un problema en este deporte, porque estás en la carretera casi todos los días», declaró a la emisora NDR. Briese y cinco compañeros de equipo fueron atropellados por un coche conducido por un hombre de 89 años mientras entrenaban en la isla de Mallorca, y sufrió una conmoción cerebral, además de cortes y rozaduras. «Los ciclistas no tenemos un ‘parachoques’. Siempre hay un choque real y siempre pone en peligro la vida. Me gustaría que no se viera a los ciclistas como obstáculos, sino como personas con sueños y metas. Todos tenemos familia o amigos a los que queremos y que nos quieren y que están esperando en casa a que volvamos sanos y salvos del entrenamiento», explicó Briese. Su compañero Moritz Augenstein tuvo que regresar a Alemania tras sufrir una fractura en el omóplato izquierdo y una lesión en la columna vertebral. Otros miembros del equipo tienen huesos rotos, pero la vida de ninguno de ellos corre peligro. Se han producido varios incidentes en los que se han visto implicados ciclistas en sesiones de entrenamiento y vehículos, y varios corredores han muerto a causa de las lesiones sufridas en colisiones, la última de ellas la adolescente italiana Sara Piffer la semana pasada. El mes pasado, el bicampeón olímpico Remco Evenepoel sufrió fracturas en una costilla, el omóplato derecho y la mano, así como contusiones en ambos pulmones y una luxación de clavícula, al chocar con la puerta abierta de una furgoneta de correos.
